Existe un deterioro evidente

LA CRISIS política y social en Venezuela no sólo ha dejado en evidencia las prácticas antidemocráticas del gobierno de Nicolás Maduro, sino también ha desnudado un notorio debilitamiento del eje bolivariano, marcado principalmente por la muerte del carismático Hugo Chávez y la disminución del apoyo económico venezolano a los demás países que conforman el Alba.

La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba) está compuesta por Venezuela, Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua y algunos países pequeños de la Comunidad Caribeña. Se trata de un proyecto de colaboración y complementación social, político y económico que nació como contrapartida del Alca (Area de Libre Comercio de las Américas), impulsado por EE.UU.

Pero Venezuela, que desde un comienzo se erigió como líder y sostenedor político y económico del Alba, es el paradigma de un país que maneja mal su economía. A pesar de los recursos cuantiosos por el petróleo                        -que en los últimos años habrían alcanzado el billón de dólares-, el gobierno de este país ha tenido un manejo de los ingresos públicos muy irresponsable y populista, lo que ha generado una inflación que supera el 55% y un desabastecimiento cercano al 20%.

Según datos entregados por el diario El Universal de Venezuela, quienes a su vez citan un informe de la Cepal, su producción de petróleo, que significa el 98% del ingreso por exportaciones, ha menguado desde 3,3 millones de barriles diarios en 1999 a 2,5 millones en 2013. De éstos, cerca de un millón no genera divisas, porque se exportan a China, Cuba y países miembros del Alba. Además, el precio mundial del barril ha caído de 114 euros en 2008 a 71 euros en 2013, lo que significa una reducción del 38% en los ingresos petrolíferos.

Por su parte, el diario La Nación de Argentina informa que el Banco Central de Venezuela da cuentas de una baja sustancial en los créditos extranjeros, los que consisten mayormente en préstamos y subsidios bajo Petrocaribe. En 2013, las cifras eran de 1.700 millones de dólares, dos tercios menos que en 2012, lo que demuestra la baja en la ayuda económica a los países miembros del Alba.

Estos países comparten con Venezuela una forma de hacer política basada en el fortalecimiento del Ejecutivo, las reformas para lograr la reelección de los mandatarios, la persecución a la disidencia y la censura a los medios de comunicación. Sin embargo, en lo económico han sido más pragmáticos y han tenido un manejo más responsable, desligándose de la lucha frontal contra la inversión privada que proponía Chávez.

Nicaragua, por ejemplo, ha tenido un alto respaldo del Fondo Monetario Internacional y el gobierno de Ortega ha hecho alianzas con el Partido Conservador, respetando las normas para la inversión privada. Correa, en Ecuador, tiene una economía dolarizada y no ha tenido un enfrentamiento frontal con el sector privado. Algo similar sucede con Evo Morales, quien más allá de su retórica y su discurso populista, ha tenido un manejo económico no tan irracional como Venezuela, lo que ha generado una economía algo más estable.

Con la muerte de Chávez, la crisis que vive este país y la disminución de su ayuda económica a otras naciones del Alba, sumado a la magullada imagen que tiene el gobierno de Nicolás Maduro a nivel mundial, el eje bolivariano y el chavismo en Latinoamérica están en su peor momento y su influencia cada vez se diluye en un discurso añejo y populista.