Vivir una guerra desde la perspectiva de los soldados. Esa fue la idea que motivó al periodista y escritor estadounidense Sebastian Junger a unirse en junio de 2007 a la Compañía de Batalla de la 173 Brigada Aerotransportada de Estados Unidos en el valle de Korengal de Afganistán, considerado uno de los bastiones de los talibanes. Así, tras 15 meses en el campo de batalla, Junger, junto al recientemente fallecido fotógrafo Tim Hetherington, hizo de esa experiencia uno de los más aclamados documentales de 2010, Restrepo, que obtuvo el Gran Premio del Jurado en el Festival de Sundance ese año. En conversación con La Tercera, Junger relata su experiencia en Afganistán y entrega su perspectiva del conflicto que comenzó un mes después de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
¿Por qué decidió unirse a los soldados estadounidenses en un lugar considerado un bastión de los talibanes?
Yo había cubierto otros conflictos en Africa y en Kosovo, y quería tener el punto de vista de los soldados, ya que ellos son los únicos que no piensan de forma política durante una guerra. Ellos no tienen la oportunidad de preguntarle a un general por qué tomó tal o cuál decisión o por qué se dirigen a tal sitio. Nosotros tampoco lo hicimos: decidimos vivir como lo hacían los soldados.
¿Cómo fue esa experiencia?
Para llegar a Korengal había que volar en helicóptero y caminar dos horas hasta una base donde no había agua potable, electricidad, calefacción, internet. Nada. No era un lugar agradable. Sólo había municiones y a veces el puesto era atacado. Siempre estábamos con los soldados, comíamos y dormíamos con ellos. La única diferencia era que no hacíamos guardia ni participábamos en combates.
¿Sintió miedo durante los combates?
He estado cubriendo guerras desde 1993 y todas son diferentes. Hay situaciones que son más peligrosas que estar en combate y que dan más miedo, como me ocurrió una vez que fui acusado de ser espía. El combate no es el único lugar donde te da miedo o donde se está en peligro, pero es uno de ellos. Cuando cubría las guerras civiles en Africa, como en Liberia o Sierra Leona, siempre estaba solo y me daba mucho miedo. Pero cuando estaba con los soldados estadounidenses en Afganistán, debido a que era parte de un grupo pequeño, mi afiliación con ellos hizo que el miedo se fuera. Fue algo interesante. Creo que el miedo si se enfrenta en grupo es más manejable psicológicamente que si uno está solo. Una de las diferencias de estar con un Ejército profesional, como ocurrió cuando estuve en 2008 en Afganistán, es que se sigue las reglas de compromiso en el campo de batallas, tienen un claro entendí- miento de las leyes internacionales. Eso no ocurre en otras guerras, como en Liberia, ya que son conflictos de milicias sin entrenamiento que están completamente fuera de control.
¿Cómo fue enfrentarse a los talibanes?
Una de las grandes diferencias es que ellos realizan emboscadas, por lo que siempre hay que estar listo para un ataque. Pero siempre tienes la ventaja de los disparos. Así es que si sobrevives la primera media hora, probablemente podrás volver a la base. Los combates duraban alrededor de media hora. De acuerdo con este patrón, si uno sobrevive a la primera parte del ataque, por lo general se estará bien.
¿Qué les pasaba a ustedes cuando algún soldado resultaba herido?
Era muy complicado, porque presentaba un problema moral, ya que no sabíamos si podíamos seguir grabando. Sin embargo, teníamos una muy buena relación con los soldados, en cierto sentido éramos uno más y nos permitieron continuar con el trabajo, pese a esas horas de tensión.
¿Qué opina de la decisión de Obama de retirar 30 mil tropas para fin de año?
Bueno, él está sacando las tropas que fueron parte de la última ofensiva contra los talibanes en 2009 y 2010. Está volviendo al número de tropas que existía antes de este contrataque. El aumento en 30 mil tropas en esos años tuvo un efecto devastador para los talibanes, especialmente en el sur y el oeste. Creo que el Presidente Obama está haciendo cálculos políticos en Estados Unidos con esta medida, ya que necesita sacar tropas sin socavar las operaciones en Afganistán: está viendo la política en casa con la realidad militar en Afganistán. Creo que el próximo paso dependerá de cómo van las cosas en el campo de batalla. Tendrá que ver con qué clase de reforma presionará al Presidente afgano Hamid Karzai para disminuir la corrupción en el gobierno, ya que si continúan siendo tan corruptos como son, los afganos no estarán dispuestos a luchar por defender a ese gobierno. Obama tiene que forzar a la Administración Karzai a un cambio y que deje de comportarse como un cartel criminal en su propio país.
¿Cree que las fuerzas afganas son capaces de tomar el control del país o aún falta mucho por hacer?
Hay un montón de cosas que faltan por hacer. Afganistán era un país que funcionaba bien en los 70, mucho mejor que Pakistán e incluso mejor que India, así que no se trata de que los afganos sean genéticamente incapaces de organizarse. Pero están traumatizados por 30 años de guerra y ahora tomará otros 30 años para deshacer los efectos de esa guerra. Tomará una generación entera para que haya gente que no está traumatizada, que levante un país normal y civilizado. Eso no se logra de un día para otro, es un proyecto y los costos de no hacerlo son enormes, no sólo para los afganos, sino que también para el mundo, por lo que no tenemos elección.
La guerra ha durado casi 10 años ¿ha valido la pena?
Es una de las guerras más largas y una con el mayor número de decesos en las que se haya embarcado Estados Unidos. Es difícil decir si vale la pena. Creo que sí, que los afganos sufrían mucho en los 90 y la situación actualmente ha mejorado enormemente. Si fueras afgana no podrías ni siquiera comparar la vida en los 90 con la actual. Claramente ha valido la pena para ellos. En nuestro caso, no lo sé. Los ataques del 11 de septiembre fueron una experiencia muy traumática para nosotros y si pasara de nuevo, sería algo devastador. Así que no lo sé, es difícil de responder.
¿Cuáles han sido los mayores errores que EE.UU. ha cometido en Afganistán?
En primer lugar, el hecho de no contar con el número de tropas suficientes. Después de derrocar a los talibanes, los afganos estaban tan agradecidos. Pero no dejamos ningún soldado ahí, nada. De ahí invadimos Irak, lo que fue una guerra errónea, que estaba basada en una mentira. No es el caso de Afganistán, ya que los ataques del 11 de septiembre sí ocurrieron. Después comenzamos a negociar con líderes muy corruptos, nunca les pedimos que cambiaran y ahora aumentamos la corrupción de ese país. No teníamos por qué hacerlo, debíamos insistir en un mejor comportamiento de su parte, pero en cambio les dimos dinero. Fue una cosa terrible.