Señor director:

Hace unos días, el gobierno venezolano atentó, una vez más y como ya se está haciendo costumbre, contra uno de los pilares fundamentales de cualquier sociedad democrática: la libertad de expresión. Es así como la señal internacional de TVN sacada del aire, sin mayores explicaciones, más que una interpretación legal bastante antojadiza.

El que los medios de comunicación puedan expresarse libremente es una condición necesaria para que los ciudadanos puedan informarse adecuadamente. Al mismo tiempo, no es conducente que sea sólo una línea editorial la que impere, pues ello va en desmedro de la diversidad de opiniones que hace crecer a una sociedad. Los medios tienen el derecho a difundir la información que estimen pertinente y no la que un gobierno estime que es adecuada. Ejemplos de esto hay muchos en la historia y ninguno tiene un final muy feliz que digamos.

La libertad de expresión es un derecho fundamental y no cabe duda de que debe ser respetado por todos los gobiernos de la región, sin excepción. No es aceptable que se restrinja ni menos que se prohíba.

Espero que el Presidente Hugo Chávez rectifique la medida adoptada y reconozca que ha cometido un error. Tal como lo hizo, hace pocas semanas, con el racionamiento energético en la ciudad de Caracas.

Ojalá que este episodio vivido por la señal internacional de TVN en Venezuela sirva de ejemplo para que, en este año Bicentenario, nos respetemos a pesar de las diferencias de opinión o los colores políticos.

Mariano Fernández Morales