"Incluso hago la cazuela con agua envasada", cuenta Jeannette Inostroza, vecina de Valle Grande, en Lampa. La dueña de casa dice que, para evitar el consumo, su familia ha llegado a tal extremo que han traído estanques de hasta 50 litros para compartir con el resto de los residentes.
La vecina sostiene que la noticia de que los niveles de arsénico en Valle Grande superan la norma recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) "tiene al barrio en una verdadera sicosis".
Una sensación similar relata Elizabeth Zúñiga, residente del barrio El Sol, quien señala que en masa acudieron a comprar agua envasada: "Tuve que gastar $ 19 mil en bidones. No nos atrevemos a beber nada acá".
Dicen estar decepcionados del proyecto inmobiliario que eligieron para vivir. Jacqueline Lara, dirigenta vecinal, relata que "no puede ser que hayamos comprado viviendas de 1.900 UF con un pésimo servicio. Muchos no quieren seguir pagando la cuenta. Además, en la boleta está incluido el tratamiento de aguas". Jeannette Inostroza añade que teme por la salud de su hijo de 11 meses: "Tomé agua durante todo el embarazo y luego le empecé a dar de la llave a mi bebé para que creara anticuerpos. Claramente fue un error".
Ayer, la Superintendencia de Servicios Sanitarios (Siss) y el Ministerio de Salud anunciaron que la firma debe implementar un sistema para rebajar el arsénico y se harán nuevos exámenes de calidad del recurso. La seremi de Salud metropolitana, Rosa Oyarce, dijo que las compañías sanitarias tienen plazo hasta 2016 para cumplir con la norma de la OMS (que es de 0,01 miligramos de arsénico por litro de agua). Oyarce dijo que "mientras el Ministerio de Salud puede autorizar a algunas empresas a implementar su sistema de mejora tecnológica".
El jefe de fiscalización de la Siss, Sergio Rivera, afirmó que la sanitaria Nova Aguas (sanitaria a cargo) "se compromete a ejecutar la obra en tres meses y esa planta tiene que asegurar en ese lapso el cumplimiento con 0,03". Aclaró que deberá cumplir con la norma de la OMS en 2013.