Hace sólo dos años las composiciones del músico chileno Sergio Berchenko (39) no salían de su computador. Hoy, casi todos los meses alguna orquesta del país toca una pieza suya y su nombre ha empezado a escucharse con mayor frecuencia en el medio. La culpa de todo la tuvo un concurso: el 2009 ganó Una Composición Musical Sinfónica Nortina para el Bicentenario (se quedó con el premio del jurado y el del público) lo que lo llevó a persistir en el difícil arte de la composición de música docta en el país.
La obra se llamaba Tatio, como el campo de géiseres del norte de Chile, lo que subraya el carácter paisajístico de una partitura que -como buena parte de sus trabajos- tiene una impronta epopéyica que hace recordar a la música de películas épicas. "Siempre me dicen lo mismo", comenta con una sonrisa Berchenko, un tipo sencillo y afable, que anda hoy con una cámara profesional, pues uno de sus pasatiempos es la fotografía. Le gusta retratar la naturaleza, explica, sacar instantáneas de pájaros y, claro, paisajes.
     Berchenko es de hace años profesor de la Escuela Moderna de Música, donde entre otras cosas imparte clases de informática musical. Confiesa, eso sí, tener una relación ambivalente con la tecnología: "A veces hace que te encierres y las cosas que haces no salgan", dice. El responsable de que su música saliera fue Guillermo Rifo, reconocido compositor y arreglador local y amigo de Berchenko. "Me motivó a participar del concurso, a que empezara a componer para afuera. Lo chistoso es que yo nunca había hecho nada sinfónico".
El músico forma parte este mes de Escuchar y aprender, ciclo programado por el GAM (Centro Gabriela Mistral), promocionado como una instancia didáctica y abierta a los no iniciados: los intérpretes dialogarán con el público, se escogieron obras que no fueran difíciles de asimilar y las entradas son económicas ($ 1.000 y $ 2.000). Tres orquestas participan de un ecléctico repertorio, que va desde el barroco de Bach hasta compositores del siglo XX, como Shostakóvich y Elgar: la Sinfónica Juvenil Metropolitana, la Sinfónica Nacional Juvenil y la Marga Marga.
Esta última interpretará Camino lluvioso, una pieza breve de Berchenko: "Me gusta mucho porque es bien rockera, así para decirlo con todas sus letras. Usa mucho del juego rítmico de ese estilo". Tiene razón, de hecho suena a ratos a la vertiente más pesada del rock. "Vengo totalmente de la música popular y me estoy insertando en un medio docto. Creo que lo que estoy haciendo ahora sigue siendo popular, pero la instrumentación es docta. De chico escuchaba folcklore, luego el rock, metal. También jazz. Tuve una banda de funk. Entonces aunque uno vaya madurando en sus gustos no puedes desconocer todo eso", explica.
Madurar sus gustos significa para Berchenko comenzar a apreciar autores que antes no. Como a Aaron Copland o el propio Shostakóvich, de los que hoy se declara fanático.
¿ Y vas a conciertos de rock?
-No. La bulla ya no la soporto. Creo que tienes que asumir que uno no puede seguir escuchando lo mismo. Pese a que lo que escuchaba antes te marca, tu cambias y empiezas a seguir otras cosas. Si me invitaran a un concierto bueno tal vez iría. Pero con hartos tapones.b