Son grupos de personas que tienen poco que ver entre sí, excepto por el hecho de que forman parte de comunidades que funcionan de manera clandestina o alejada de los focos, por sus ideologías o comportamientos. Esos fueron los grupos de personas que el canal Discovery buscó para que protagonizaran una nueva serie de documentales, que se estrenará el 2 de noviembre a la medianoche.
Mundos extremos es el nombre del programa, que se desarrollará en ocho episodios, filmados en distintos países de América Latina, incluyendo Argentina, Bolivia, Brasil y también Chile. Los elegidos aquí fueron un grupo de nazis que aceptaron participar del programa y mostrar su forma de vida y hablar de sus convicciones. El episodio fue filmado durante cinco días en Santiago, a inicios de marzo, donde dos equipos de Discovery acompañaron en paralelo a jóvenes en "recorridos violentos" por la ciudad, según indica la promoción del episodio. También los siguieron en rituales secretos.
"En Santiago hay más de 200 agrupaciones neonazis. Además, a diferencia de lo que sucede en otros países, como Argentina, en Chile no está prohibida la utilización de simbología nazi", comenta una persona ligada a la producción, explicando por qué se eligió a este grupo en Chile. La producción había buscado antes otros grupos neonazis en otros países.
Este capítulo no se verá hasta el 7 de diciembre, día que no estará dedicado completamente a este grupo: también se mostrará una secta religiosa colombiana que sigue a un hombre que, dice, se convertirá en un ser supremo en junio de 2012.
La serie parte su recorrido el 2 de noviembre, en un pueblo mexicano llamado Taxco, donde se ha vuelto tradición de un gran grupo de personas el autoflagelarse en Semana Santa. Durante la temporada también se mostrará a una familia de mormones polígamos estadounidenses que se fueron a vivir al desierto mexicano, a un grupo de sadomasoquistas argentinos y un poblado en Ecuador donde casi todos sufren una enfermedad que no los deja crecer más allá de los 1,25 metros.
Desde las primeras entrevistas hasta el fin de las filmaciones, la producción demoró cerca de 15 meses. En este tiempo no sólo se entrevistó y siguió a las comunidades, sino que también se habló con especialistas, como antropólogos y sociólogos, que entregan su mirada sobre estos distintos grupos. En cada capítulo trabajaron cerca de 30 personas y, al final de las grabaciones, la producción contaba con cerca de 800 horas de filmación para terminar con los ocho episodios, que tendrán una hora de duración.