CONOCIDOS LOS resultados de la reciente elección presidencial y parlamentaria, han resurgido críticas acerca de la legitimidad del sistema binominal, y el propósito expresado por una serie de actores políticos de modificarlo sustancialmente. Llama la atención el tenor de esos cuestionamientos, tomando en cuenta que el actual sistema electoral no fue obstáculo para que resultaran electas numerosas figuras nuevas, y que los parlamentarios de la Nueva Mayoría fueran especialmente beneficiados producto de los “doblajes”, cuestión que en el pasado la actual oposición ha criticado duramente. Si bien es legítimo discutir perfeccionamientos al actual sistema electoral, es necesario que exista coherencia en las críticas, pues ello permitirá orientar la discusión.
Conforme los resultados disponibles, el bloque opositor subirá a 68 diputados -tras haber obtenido el 47% de los votos a nivel nacional-, donde resultan destacable los 11 doblajes que obtuvo. En el Senado, logró dos doblajes -Antofagasta y Coquimbo-, con lo que su fuerza senatorial pasó de 20 a 21 senadores. Estos números le entregan a la Nueva Mayoría una fuerza parlamentaria tal que -en caso de llegar La Moneda- le permitirá aprobar una serie de reformas clave de su programa de gobierno, sin necesidad de contar con el concurso de las fuerzas de centroderecha.
El sistema electoral no ha sido impedimento para que quien probablemente encabezará el próximo gobierno cuente con una sólida fuerza parlamentaria tras de sí, lo que diluye los cuestionamientos de que el actual sistema es poco representativo y entrega una sobrerrepresentación a la minoría. En conjunto, Renovación Nacional y la UDI sumaron 48 diputados electos, lo que no se aleja sustancialmente del número de parlamentarios que habrían obtenido de aplicarse criterios de proporcionalidad, considerando que su votación parlamentaria alcanzó el 36% del total. Gracias a los “doblajes”, la Nueva Mayoría obtuvo una sobrerrepresentación en la Cámara de Diputados. De ello también se benefició el Partido Comunista, que logró elegir a un diputado en el Distrito 8, gracias a la buena votación de su compañero de lista (DC). La Alianza obtuvo un solo doblaje (distrito 23). Igualmente llamativos son los candidatos que fueron “blindados” para estas elecciones. Los casos de Camila Vallejo en la Florida -cuyo compañero de lista fue una figura sin mayor peso político- y Giorgio Jackson en Santiago Centro -distrito donde la Nueva Mayoría se omitió- son aleccionadores respecto de cómo se pueden sacar ventajas del sistema siendo a la vez parte de éste, evitando con ello una competencia real, de la cual no se puede responsabilizar al sistema electoral.
El sistema binominal tampoco ha sido impedimento para la llegada de figuras emergentes; de hecho, de los cargos en disputa en el Senado, 12 corresponden a nuevos parlamentarios, mientras que en la Cámara de Diputados llegarán del orden de 40 rostros nuevos. Destacan, en este caso, ex dirigentes del movimiento estudiantil, quienes han sido duros detractores del binominal, como también otros liderazgos regionales que han surgido en el último tiempo. Es una muestra de que en la medida que se hagan propuestas atractivas o campañas efectivas, el actual sistema no impide la renovación de sus figuras parlamentarias.
Resulta ilustrativo de la distancia entre los discursos y la conducta de los parlamentarios que el día de ayer no haya sido aprobado el proyecto que buscaba sacar de la Constitución el número de 120 diputados, considerado un paso previo a la reforma del binominal, por la falta de interés de los diputados en votar esta reforma.