A sus 87 años, Jonathan Frid mantenía intacta la prestancia que lo convirtió en una figura del teatro en Estados Unidos y su natal Canadá. Bajo los focos del estudio, siguió las instrucciones del director Tim Burton y se convirtió en uno de los invitados de la fiesta que se filmaba. Pero él no sólo era un extra y tampoco era una película cualquiera. La escena correspondía al remake que Burton hizo de la famosa serie de TV Sombras tenebrosas, de la que Fried fue la máxima estrella al interpretar el rol protagónico del vampiro Barnabás Collins. Lo que en ese instante el actor no presagiaba era que no alcanzaría a ver su última actuación, al morir semanas antes del estreno, y que la visión que el creador de El Joven manos de tijera daría a su Barnabás se alejaría de lo que él o cualquiera de sus fanáticos esperaba.

La sinopsis de Sombras tenebrosas debutó el 15 de marzo pasado. Para sorpresa de muchos, el tono de sus imágenes se alejaba de la oscura y melancólica mirada de la telenovela de los 70. En sus cortos minutos de duración, quedó en claro que el vampiro de Johnny Depp se acercaba más a los protagonistas de anteriores colaboraciones con Burton, como La leyenda del jinete sin cabeza, que al personaje dibujado por Frid. En ella, al ritmo de las canciones de grupos como The Carpenters y T-Rex, Collins es condenado por una despechada bruja a la muerte en vida para despertar centurias después, en un mundo donde le ofrecen conducir el Chevy de la familia, y cree que el aparato de TV es brujería y se deja seducir. Todo con el estilo visual, entre tecnicolor y gótico, característico de Burton.

El periodista Anthony Breznican fue parte de un reducido grupo que concurrió a una de las proyecciones privadas del largometraje que debuta el 11 de mayo en Estados Unidos y el 14 de junio en Chile. A través de un contacto vía Twitter con un colega de MTV News, Breznican confirmó que el tono de la nueva Sombras tenebrosas se mueve entre el absurdo y lo oscuro. "Tiene mucho humor, pero con una atmósfera amenazante", escribió, asegurando que "en la cinta hay un absurda inclinación al elemento monstruoso. Son criaturas a la deriva en el mundo de la auto obsesión de los años 70". Además, para el profesional es clara la influencia de Burton, pero hay bastante también de su guionista: Seth Grahame Smith, quien ha sabido mezclar drama y comedia en novelas como Orgullo y prejuicio y zombies.

En la trama, Joshua y Naomi Collins llegan desde Inglaterra a vivir a Estados Unidos en el siglo XVIII, en compañía de su hijo Barnabás. En su madurez y a punto de comprometerse con Josette (Bella Heathcote), el joven Barnabás (Depp) provoca los celos de la bruja Angelique (Eva Green), quien lo convierte en vampiro y lo entierra en su semivida. Dos siglos más tarde, éste despierta en los años 70 y se dirige a su mansión, Collinwood, donde conoce a sus descendientes: los hermanos Elizabeth y Roger Collins (Michelle Pfeiffer y Jonny Lee Miller). El grupo lo completan los hijos de estos últimos, Carolyn (Chloë Moretz) y David (Gulliver McGrath), la siquiatra familiar (Helena Bonham-Carter) y Willie (Jackie Earle Haley), antiguo empleado del lugar. Con una familia disfuncional, los problemas están a la vuelta de la esquina y se magnifican cuando se presenta la malvada Angelique.

En la reciente feria fílmica Cinema-Con, de Las Vegas, Burton se hizo presente para hablar de su creación. En compañía de Depp, aseguró que desde niño estaba obsesionado con la telenovela, por lo que fue algo natural llevarla a la pantalla grande. El realizador además aseguró que no quiso alejarse de la versión de los 70, por lo que no debería calificarse simplemente como comedia, a pesar de tener humor. "Siempre estaba tratando de capturar el ambiente extraño de la Sombras tenebrosas original, que es algo difícil de lograr. La telenovela era de verdad muy extraña", afirmó con seriedad.