Salvo excepciones, los mejores recuerdos de los hinchas de fútbol están dedicados a algunos futbolistas que pasaron por el club de sus amores haciendo historia. Cada equipo tiene su propio panteón ocupado por jugadores a los que los fanáticos le confirieron cualidades místicas, casi legendarias. Muy pocas veces, son los entrenadores los que reclaman su lugar en aquel sitial privilegiado.
Uno de estos técnicos fue Luis Alberto Cubilla, ídolo de Olimpia de Paraguay, fallecido ayer producto de un cáncer gástrico.
La noticia remeció a todo el fútbol paraguayo, pese a que el origen de Cubilla está en Paysandú, Uruguay. La figura de ídolo que Cubilla construyó en Paraguay fue inmensa. En aquel país, el charrúa se desempeñó como técnico desde 1978 en la banca de varios equipos, pero fue en Olimpia donde se ganó un nombre de respeto en el fútbol sudamericano. En el cuadro franjeado, ganó diez veces el campeonato nacional, dos copas Libertadores, dos recopas Sudamericanas, una Copa Interamericana, una Supercopa Sudamericana. Gracias a este envidiable palmarés, Cubilla es el técnico más ganador en la historia del club de Asunción. Por lo mismo, no es exagerado argumentar que el apodo de "Rey de Copas" que Olimpia ostenta con orgullo se lo debe, en gran parte, al trabajo de Cubilla.
El paso del técnico por la banca de la institución, a la que dirigió en seis períodos hasta el 2010, es recordado con cariño. Su muerte provocó la tristeza de todos los seguidores del "Franjeado". Con un emotivo tuit, su ex equipo anunció su partida: "Lastimosamente, se hizo oficial, fallece el DT más glorioso de Olimpia. Que en paz descanses, ¡gracias por todo profe!".
Antes, como jugador, debutó en Peñarol en 1957, a los 17 años. Como futbolista, Cubilla ganó nueve títulos de Uruguay, con tres clubes distintos. También consiguió tres Copas Libertadores, dos intercontinentales y una Interamericana.
Con la selección "charrúa", su paso también fue exitoso. Jugó tres mundiales en Chile 1962, México 1970 y Alemania 1974. En estas tres citas, anotó dos goles.
Precisamente, la relación del "Monstruo" con nuestro país escribiría otro capítulo en 1975 cuando jugó por Santiago Morning en 31 partidos. Pero quizás el más recordado fue la final de la Copa Libertadores al mando de su querido Olimpia, donde perdió la final ante Colo Colo en 1991.