ES EL CIERVO más famoso y conocido del país, pero lo cierto es que la mayor parte de la población nunca lo ha visto más que en fotos o en el escudo patrio. Verlos en algún zoológico es imposible, porque son animales muy frágiles y no sobreviven en cautiverio, por eso la única forma de conocerlos es aventurarse rumbo al sur, saber elegir el lugar correcto, tener mucha paciencia y una buena dosis de buena suerte.
A 6 km de Cochrane y 350 km al sur de Coyhaique, se ubica la Reserva Nacional Tamango, también conocida como Reserva Nacional Lago Cochrane. Es una de las zonas más accesibles para ver huemules y tiene una de las mayores concentraciones de ejemplares de la región. Claro que no son muchos, no más de 40 repartidos en estas 6.925 hectáreas. Por eso mismo no hay garantía de verlos, pero de todas formas arriesgarse a la aventura vale completamente la pena, ya que los paisajes y la tranquilidad de la reserva la convierten en el lugar ideal para un buen descanso fuera de la ciudad.
La reserva está compuesta por los cerros Tamango, Tamanguito y Húngaro, que limitan con el río Cochrane y el lago del mismo nombre, por lo que acá las actividades estrella, además de la observación de fauna, son los senderos de trekking, paseos en bote y pesca con mosca (temporada va desde el 15 de octubre al 15 de mayo). Se puede visitar todo el año, aunque las temperaturas bajo cero en pleno invierno espantan a cualquiera y no se puede recorrer todos los senderos. Primavera, en cambio, es una gran época para una visita. Las temperaturas son más agradables y aún hay nieve en los cerros, así que los huemules tienden a mantenerse en áreas más bajas para obtener su comida y aumentan las probabilidades de ver a unos de estos tímidos animales.
Qué hacer en la reserva
A sólo 6 km de la ciudad de Cochrane se encuentra la administración de Conaf y el embarcadero. Desde este punto hay varias alternativas para recorrer la reserva. Hay senderos de trekking que van junto al río, otros que se internan cuesta arriba por los cerros y, nuestro favorito, una ruta que combina bote y caminata. Los botes se encuentran un poco antes de la administración, solamente señalizados por un cartel que dice "Tomasín", donde hay que tocar la puerta de la casa y negociar el precio.
El paseo en bote sigue el curso del río en dirección al lago Cochrane, lo que permite admirar de cerca estas aguas cristalinas, ver el bosque nativo de la reserva y, con muchísima suerte, ver huemules tomando agua en la orilla del río. En el sector de Las Correntadas puede optar por tres opciones. La primera es descender del bote, hacer una corta caminata y tomar el bote de regreso. La segunda opción es una de las más entretenidas, ya que se regresa caminando hasta el embarcadero por una senda de 3,5 km que sigue la orilla del río con espectaculares vistas. A ratos se interna y tiene constantes subidas y bajadas, pero está bien señalizada y la dificultad es baja. Y la tercera alternativa, si busca un circuito más intenso, es seguir en bote hasta el sector Playa Paleta en el lago Cochrane, donde se puede acampar en completa soledad en un entorno privilegiado. Desde aquí el regreso de 11 km se hace a pie, con una fuerte subida inicial, para mantenerse en altura y luego bajar de regreso al embarcadero.
Cualquiera sea la alternativa, lo importante es caminar atento y en silencio para lograr ver a estos ciervos expertos en camuflarse entre la vegetación. Una buena idea es contratar un guía (consulte en la administración de Conaf), que ya están habituados a los sectores que frecuentan y conocen los mejores horarios para verlos. Si es un afortunado de toparse con un huemul, recuerde que esta es la casa de ellos y cuando uno está de visita debe tratar de molestar lo menos posible. Observe a una distancia prudente y en silencio, mientras deja que su pecho se llene de orgullo patrio.