Tao Lin (1983) no tenía demasiadas expectativas de su viaje a Chile y Argentina que realiza por estos días. Sin embargo, desea explorar ambas ciudades y conocer algunos recovecos, comer papayas y conversar sobre literatura junto a los escritores con quienes compartirá paneles de discusión en el marco del Festival de Literatura que organiza la Fundación FILBA en Santiago, Buenos Aires y Montevideo.
Vía e-mail desde Nueva York, dice que no es un erudito, ni que posee un amplio conocimiento del escenario narrativo norteamericano. Tao Lin responde sin efusividad pero tampoco con desdén. Este escritor y periodista, la cabeza más visible de una corriente literaria alternativa, cultiva en su vida diaria los mismos temas que componen sus obras de ficción: la soledad, la depresión, el despropósito, la resignación, pero también lo tecnológico, su interés por los animales y las drogas. El autor de Taipéi, sumido en la introversión y la autorreflexión, no tiene ideas firmes sobre la literatura, pero recomienda leer a otros escritores, como Joy Williams, Lorrie Moore, Ben Lerner y Sam Pink, autores que han comenzado a llamar la atención de editoriales latinoamericanas independientes.
¿Qué piensa de la obra de David Foster Wallace o Jonathan Franzen?
Me gusta el trabajo de David Foster Wallace. No he leído mucho a Franzen. Dicté en dos oportunidades una clase sobre cuentos en la Sarah Lawrence University y los relatos de Foster Wallace que comenté fueron La persona deprimida y Buen viejo neón.
¿Qué piensa sobre la Gran Novela Americana? ¿Encuentra aburrida la obra de Franzen?
Para responder a esta pregunta, he tenido que revisar mi ensayo Los niveles de grandeza que un escritor de ficción puede lograr en Norteamérica, para recordarme a qué pensamientos tengo sobre esto. En ese ensayo, escrito desde la perspectiva de un cierto punto de vista -dominante- popular del mundo literario, Philip Roth es utilizado como un ejemplo de los niveles de grandeza que un escritor de ficción puede lograr en Estados Unidos. Algunos de sus atributos son: "Nunca será olvidado. Le tiran mierda los Jerbos de PETCO de 9.98 dólares o menos. Fuerte aspirante para el Premio Nobel. Nunca considerará publicar sin fines de lucro en universidades regionales o revistas o diarios independientes". Con respecto a Franzen, no he leído mucho su trabajo porque no leo la mayoría de las obras de los escritores en general.
¿Hace una diferencia entre escribir relatos, novelas y poemas?
Escribo relatos, novelas, poemas, ensayos, tweets y algunas otras cosas. Diferencio entre esas formas, porque he leído muchos ejemplos de cada una de ellas, y me gusta imaginarme a mí mismo como si estuviera trabajando dentro de la historia de todas las novelas -siendo parte de una conversación con ellas a través del tiempo. Con esto quiero decir que en mi cabeza tengo una línea de tiempo de todas las novelas que he leído, y que están organizadas y agrupadas de diversas maneras y, en algún nivel, veo algunas de éstas como desarrollos anteriores o variaciones de estas novelas. Ahora, al escribir novelas, estoy agregando mi trabajo a esta línea de tiempo.
Sam Pink, Megan Boyle y Noah Cicero son parte de su generación. ¿Cómo está cambiando el paisaje narrativo americano?
Estos escritores no son bien conocidos en EEUU pero pienso que en diez o veinte años lo serán. La mayor atención en Estados Unidos -y me imagino en cada país- en términos de libros se dirige a aquellos escritores que reciben grandes adelantos, alrededor de los 500.000 dólares. Los adelantos por mis libros han sido, pienso, de 1.000 y 1.500 dólares la mayoría, y uno de 50.000. Cada año, usualmente dos o tres escritores consiguen un enorme adelanto por su primer libro, alrededor de un millón de dólares. Esos escritores consiguen la mejor atención, las mejores revistas y la mejor promoción de sus editoriales.
Una editorial chilena acaba de publicar algunos de sus textos y ensayos. ¿Qué tipo de relación tiene con las editoriales?
Los Libros de la Mujer Rota publicó una colección de toda mi no ficción. El libro, titulado "Nadie sabe por qué estamos aquí" comienza con textos del 2006 y termina con publicaciones realizadas este año. Incluye dos ensayos que publiqué el año 2011. En EEUU estos textos sólo están disponibles de manera online y en diversas revistas. La relación que tengo con la editorial chilena que acaba de publicar este libro ha sido buena. Nos hemos comunicado vía e-mail y he cenado con Claudia Apablaza, la editora, cuando vino a Brooklyn hace unas pocas semanas.
Sobre su visita, ¿está interesado en leer a algún escritor?
He leído algunas obras de Alejandro Zambra, que ha sido traducido al inglés. Melville House, la editorial que ha publicado cinco de mis primeros seis libros, publicó Bonsái. Conocí a Zambra brevemente en Brooklyn la noche en la presentación de un libro.
¿Qué piensas sobre el interés latinoamericano en su trabajo?
Me gusta y trato de nutrir el interés latinoamericano en mi trabajo. Me gusta todo el interés extranjero por mi obra. Mis novelas y relatos posiblemente promueven, en promedio, los valores e ideas más anti-estadounidenses que salen de Estados Unidos y que ha sido traducida al español. Creo que algunos de mis lectores en lengua española pueden notar y, posiblemente, disfrutar o, al menos, ser estimulados por eso.