Casas inundadas, anegamientos en las calles y en una línea del metro, cortes de electricidad, semáforos sin funcionar y basura diseminada fueron algunas de las consecuencias que provocó el sorpresivo temporal que el lunes por la noche dejó caer 88,6 milímetros de agua en sólo tres horas -más de un 25% del promedio de lluvias en Santiago durante un año- y generó fuertes ráfagas de viento sobre la capital argentina. La tormenta hizo colapsar varios barrios de la ciudad, por lo que bomberos y cuadrillas de la subsecretaría de Emergencias de Buenos Aires tuvieron que salir a ayudar a los damnificados.
Frente a esta situación, el gobierno porteño, a través de su jefe de gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, anunció ayer que dará subsidios a los vecinos que se vieron perjudicados en su vivienda su comercio o su vehículo, quienes tendrán siete días para presentar sus reclamos en los Centros de Gestión y Planificación, pudiendo obtener un máximo de US$ 1.290. "Les pedimos que se acerquen con una evaluación de los daños. Deben acreditar la titularidad o el alquiler del bien y acompañarlo con la documentación de la propiedad", agregó Rodríguez de acuerdo con el diario argentino La Nación.
Frente a las críticas que se le hicieron al Servicio Meteorológico Nacional argentino, Eduardo Piacentini, un funcionario del organismo que habló con La Nación, calificó el fenómeno climático como de rara ocurrencia: "Fue muy violento, de corta duración y muy difícil de detectar".
Mientras, el director de Defensa Civil, Daniel Russo, dijo que la singularidad de esta lluvia fue que mientras en algunos barrios llovió muy poco, en otros se llegó a superar los 120 milímetros de agua. El ministro de Espacio Público de la ciudad, Diego Santilli, dijo que el volumen de las lluvias del lunes "representa el 75% del promedio estimado habitualmente para todo febrero". La capital argentina sufrió un temporal similar el 28 de febrero de 2008, cuando cayeron 60 milímetros en siete horas.