"Estoy en Roma, que está más linda que nunca y que es una de las ciudades que quiero entrañablemente", me dice Pedro Carcuro (65), al teléfono desde su habitación del hotel Visconti Palace. Amigo y compañero de trabajo, esta vez la charla es a la distancia. El está junto a su esposa, Ximena Rojas, y desde esas tierras que lleva en la sangre, y donde pasa sus vacaciones, usa otro tono que en el Mundial de Fútbol. Uno con más pausas y menos volumen que en sus relatos. Para confesarse "tímido" y "romántico", comentar que le gustaría pasar una temporada en los pueblos italianos de sus padres, para desmentir que quiera dejar el relato deportivo y, aunque defiende su intimidad como siempre, señalar que la vida es "luchar todos los días" tras el fallecimiento, en 2009, de su hijo Franco.

Eres un hombre muy sensible, pero de pronto pareces un poco más duro, más fuerte en lo profesional.

Sí, creo que en lo profesional soy bastante más. Tengo una coraza, me he acostumbrado a soportar momentos difíciles, a enfrentar dificultades.

Tú tomas un micrófono y eres como una tormenta comunicacional, pero en la vida diaria da la impresión que tu seguridad no es tanta.

Todos los que trabajamos en estos medios de alta exposición, y donde el ego está muy sobredimensionado, todo nos genera inseguridad. Creo que el 99% de las personas que trabajan en televisión son muy inseguras en el aspecto profesional. Y después está que soy demasiado tímido y a mí esto me juega malas pasadas en mi vida privada. Para qué voy a vender una pomada, me gustaría ser menos tímido, tener las patas de otro para haber conseguido tal o cual cosa. No entiendo bien por qué tengo esa capacidad para exponerme en público y una cierta incapacidad para enfrentar otras formas de relacionarme. Pero es una cosa de la familia Carcuro.

¿Cómo te sientes con más de 40 años de carrera?

Me he sentido como un enano que ha tenido la suerte de andar en los hombros de algún gigante, y ese es el caso de Sergio Livingstone.

Sientes por él una relación mucho más allá de lo profesional, ¿es una figura familiar para ti?

Yo el ámbito del trabajo no lo vinculo a lo que podrían ser los afectos familiares, que pertenecen a un mundo distinto. Es gente a la que quiero mucho, con la que se han generado afectos a través del tiempo, como Sergio, contigo, con Michael Müller o Patricio Bañados. Pero son afectos que derivan de una relación donde uno comparte intereses, y eso es distinto a lo que representan los afectos de otra naturaleza, los que tienen que ver con amores muy profundos, con la familia.

Julio Martínez también fue una persona importante para ti.

Trabajé con él en los años 80 y se creó un afecto muy fuerte. Pero cuando me fui de radio Minería, a Julio le causó tantísimo dolor que se distanció de mí. Años después, un amigo en común se encargó de volvernos a juntar. Era un tipo generoso para entregar su afecto. Cuando pasábamos juntos los Años Nuevos, era "el" personaje. Cómo no recordar que se paraba al lado de la radio y se ponía a cantar la Canción Nacional.

¿Te consideras nostálgico?

No.

Pero eres tangómano y eso ya es un ejercicio de nostalgia, y luego hablas con cariño de gente que ha sido parte de tu vida y muchos de ellos ya no están.

El afecto por la gente tiene que ver con el amor, no con la nostalgia. Y lo del tango lo enfoco como parte de mí, porque lo aprendí a conocer cuando estaba en la Escuela de Derecho.

¿Eres romántico?

Sí, soy romántico.

¿De canciones, de flores, de viajes?

De todo un poco (risas). Bueno, pero los lectores tal vez no sepan que estamos hablando a distancia, y yo aquí, en Roma, disfrutando de un verano maravilloso.

Me imaginó que Roma significa muchísimo para ti.

Estuvimos en Londres y en París, y le decía a Erwin (hijo de Ximena, su esposa), "mira el desorden en la llegada de las maletas y el auto que nos tenía que venir a buscar se demoró". Por supuesto que en Londres y en París nos estaban esperando. Aquí no. Pero no me importa, porque me siento como en casa. Y le decía a Erwin: "Tienes que aprender a quererlo tú, porque esto forma parte de mi esencia, de mis orígenes.

¿Vas para allá y sientes a tus viejos más cerca? ¿Cómo es eso?

Venimos con Ximena todos los años. Estuve con uno de mis primos, Rocco, en Londres. Y hoy día con otro primo, Vitto Carcuro, que se llama igual que mi papá. Y ahora, cuando me reencuentro con mis primos, cuando mis sobrinas van a vernos a Santiago... son cosas que a uno lo hacen mantener una llama que no se va a pagar nunca. El otro día un primo me escribió un correo precioso...

… Tú me permitiste leer ese correo del que hablas, donde hablaba de tu hijo Franco, y tengo que preguntarte cómo has estado...

Me siento bien. Estoy luchando todos los días, nada más.

Me habías dicho que, en un principio, habías pensando que era sano hablar de este tema tan doloroso. Pero que finalmente habías decidido no hacerlo, porque a Franco, que era una persona tan privada, no le hubiese gustado.

Exactamente.

Te he visto que vives distinto, que hay cosas que antes te importaban y hoy no.

Sí. Tienes razón. Es absolutamente cierto.

Da la impresión de que has logrado distinguir las cosas esenciales de la vida y liberarte de una mochila.

Uno va aprendiendo en la vida.

A propósito de ausencias y presencias, ¿como está tu nieta Ema (de su hijo mayor, Giovanni)?

Hay algo que me da mucha rabia y es que es más afectiva con Ximena que conmigo. ¿Será por una cuestión de género? Apenas me ve, me pregunta por Ximena, y se ha acercado mucho a ella, lo que me pone muy contento. Ema es la prolongación de la familia Carcuro y representa una lucecita que apareció en un momento de oscuridad para todos nosotros. Es divina y preciosa.

Dijiste que este era tu último Mundial relatando.

Es altamente probable que así ocurra. La intención es que en algún tiempo cercano, o lejano, se forme una nueva pareja en TVN. Pero no tengo muchas intenciones de irme por el momento. Esperemos que los hechos vayan decantando.

¡Espero formar parte de esa pareja! (risas). Una vez me dijiste que tú, a diferencia de 'Sapito' Livingstone, que trabaja hasta esta edad, te gustaría ser distinto, e incluso preferirías retirarte a algún pueblo de Italia.

A mí me gustaría en algunos años más disfrutar un período de mi vida, no creo que para siempre, pero si doña Ximena me lo permite, pasar algún período de la vida, en algún lugar acá. El año pasado descubrimos un lugar que está muy cerquita, sobre el mar, maravilloso. Nuestras raíces están en Chile, pero para mí venir a Italia significa renovar el oxígeno, me hace bien.

La gente no sabe que tu compromiso va más allá de los 90 minutos con la Selección chilena. Ese día sufres desde que te levantas.

Cuando juega Chile yo sudo, y mi sudor tiene color rojo. Es la Selección y nada más. Me siento distinto. Cuando jugamos contra España, me levanté y me puse a caminar por el patio del hotel y Michael Boys (productor ejecutivo del área deportiva de Televisión Nacional) me sorprendió y me dijo que parecía león enjaulado. No me había dado cuenta, pero llevaba media hora caminando.

El escenario ha cambiado y hoy la competencia en la TV se da entre cuatro canales y no dos. ¿Qué te parece?

Me pasan dos cosas. Antes había más tiempo para conversar, para intercambiar ideas, y uno aprendía de los maestros, entre comillas, porque se daba la situación. Hoy el mundo es tan competitivo que nadie quiere traspasar nada, y a mí me da la sensación que vivimos en un mundo más egoísta. Pero, por otra parte, las exigencias hoy son mayores y eso me gusta. Mucha gente que proviene del mundo universitario le ha subido el pelo al periodismo deportivo. Ahora surge Chilevisión que, me imagino, formará un área deportiva para comenzar a transmitir los partidos de la Selección a partir de 2011. A mí me parece que esta competencia le hace bien al medio televisivo y, por tanto, a la gente en sus casas.

Con este nuevo escenario, ¿es cierto que nos vas a dejar? Por ahí leí que te ibas a Chilevisión volviendo a Chile.

No sé nada. Primera noticia que tengo. ¿Dónde lo leíste?

Para serte honesto, me dijeron que había salido en un diario...

No tengo idea. Pero no tengo muchas intenciones de irme, por el momento.

¿Qué opinas de Marcelo Bielsa y su renovación con miras a otro Mundial?

Es imprescindible que Marcelo Bielsa se quede, no existe otra opción mejor para el fútbol chileno.

¿Más allá de la obsecuencia que existe en torno a él?

Los periodistas hemos sido generosos hasta la obsecuencia con Marcelo Bielsa, pero a lo mejor esa generosidad le ha permitido sentirse mejor para cumplir con su trabajo. A lo mejor hemos colaborado para que consiga ese objetivo prioritario, por sobre el rigor periodístico, que era recuperar a esa Selección chilena que parecía un enfermo terminal.

¿Y qué me dices de Gabriel Ruiz-Tagle y la venta de las acciones de Colo Colo?

Era imprescindible que lo hiciera. No era presentable ante la opinión pública la dualidad de que la máxima autoridad pública del deporte chileno fuese el accionista principal de un club como Colo Colo. De alguna manera, por mucha probidad que tengas, de pronto se pueden cruzar intereses y uno tiene que tener las manos libres para poder actuar en forma independiente. La mujer del César no solamente tiene que serlo, sino que parecerlo.