"Deseo cumplir como buen pastor, aceptando con espíritu de obediencia esta nueva misión encomendada por el Papa Francisco, a quien le agradezco muy sentidamente su confianza y apoyo", dice uno de los párrafos de la carta que ayer difundió el obispo electo de Osorno, Juan Barros Madrid, designado en esa diócesis por el Papa Francisco, el pasado 10 de enero.
Los problemas comenzaron justamente tras su nombramiento. En enero, Juan Carlos Cruz, uno de los denunciantes del caso Karadima, entregó una misiva a la Nunciatura Apostólica en Chile, asegurando que el obispo electo era "encubridor" del ex párroco de El Bosque, quien fue condenado por el Vaticano por abusos.
La designación, sin embargo, siguió su curso. El pro vicario pastoral de Osorno ratificó, la semana pasada, que "la toma de posesión canónica de Juan Barros será el sábado 21 de marzo, a las 11 horas, en la Catedral de esta ciudad".
La carta de ayer de Barros, publicada en la página web de la Conferencia Episcopal, constituye la primera vez que el prelado se refiere a las acusaciones en su contra. "Jamás tuve conocimiento de alguna denuncia respecto del sacerdote Karadima siendo secretario del Cardenal Juan Francisco Fresno, y jamás tuve conocimiento ni imaginé nunca aquellos graves abusos que este sacerdote cometía con sus víctimas. No he aprobado ni participado en esos hechos gravemente deshonestos. Hubo una investigación exhaustiva, por instancias competentes civiles y eclesiásticas, para discernir las responsabilidades y sanciones", planteó en la nota.
El religioso también contó que durante enero y febrero participó en un retiro espiritual "acogido por una comunidad de padres jesuitas".
"Me duele profundamente el dolor que por largos años les sigue afectando a las víctimas. Y reitero, junto a toda la Iglesia, que no hay lugar en el sacerdocio para quienes cometen estos abusos (...) he adherido plenamente a la sentencia condenatoria de la Congregación para la Doctrina de la Fe al sacerdote Karadima. Como tantos jóvenes y familias, yo llegué a la Parroquia del Sagrado Corazón en tiempos hermosos de espiritualidad y apostolado, pero terminé defraudado por este sacerdote y condeno los delitos por él cometidos", añadió.
Críticas
La polémica, no obstante, está muy lejos de concluir. Ayer por la mañana, otro sacerdote, Alex Vigueras, provincial de la Congregación de los SS.CC. (la misma del cuestionado Gerardo Joannon), manifestó, en el sitio web de su orden, que "el nombramiento de mon. Juan Barros como obispo de Osorno nos ha dejado perplejos (...) no está en sintonía con la tolerancia cero que está queriendo instalar la Iglesia (respecto del tema de abusos sexuales a menores)".
Destacó que "parece haber sido una decisión llevada adelante, en solitario, por el Nuncio Apostólico". Y sostuvo que "un potente signo de comunión eclesial sería que el obispo renunciase (...) Hay un momento en que los incendios son controlables: bastan dos o tres compañías de bomberos. Es clave que quienes llegan al lugar evalúen la correcta dimensión de la emergencia. Si se equivocan, lo que parecía un pequeño incendio se transformará en una catástrofe con pérdidas irreparables".
Juan Carlos Cruz expresó que "su nombramiento es un grave error. Lo que Barros escribe en su carta es una falta a la verdad. El presenció los delitos. Y también sé, de primera fuente, que el Papa conoce los antecedentes. No sé por qué se insiste en esta designación".
El sábado, la Nunciatura Apostólica emitió un comunicado manifestando "su confianza y apoyo" al obispo electo de Osorno".