A estas alturas, la tendencia es innegable y, hay que admitirlo, nada de sorpresiva. Alabadas y premiadas actrices que superan los 40 años de edad recurren a la televisión para encontrar papeles con sustancia, que les permitan lucirse y tengan interés y matices. La lista es larga y algunos de sus nombres más llamativos son del calibre de Sally Field, Glenn Close y Toni Collette, todas nominadas al Oscar. Laura Linney, candidata a tres premios de la Academia, a tres Tony, ganadora de un Globo de Oro y de tres Emmy, es la última en unirse a la tendencia.
Pero no por ser poco novedosa, su llegada a la televisión es menos bienvenida. Porque la actriz de películas como Río místico, Kinsey y Realmente amor es una de las mejores de su generación, y nunca deja de dar interpretaciones llenas de matices y significado. Además, el proyecto que la trae a la televisión de pago es una serie que se atreve con un tema complejo y mucho más cuando se trata de una comedia: el cáncer.
En la cadena que emite el programa en Estados Unidos, Showtime, tienen claro y son honestos con respecto a los motivos para reclutar a actrices de este perfil. "No necesito nombres para la marquesina. Para nosotros es más importante cuáles son los actores que les gustan a los críticos y que van a ganarse premios. Eso es buena publicidad para nosotros. Y nuestra audiencia responde a 'equis' persona con una nominación al Oscar o al Emmy", explicó sin complejos el entonces presidente de entretenimiento de la cadena, Robert Greenblat.
Y ahora, Linney, con credenciales de sobra, es la protagonista de The big C, que debuta el 16 de enero, a las 21 horas, por HBO (señal 34 de VTR y 630 de Movistar). Se trata de una serie que se enfoca en la nueva vida de una profesora y madre de familia luego de que se entera de que tiene cáncer terminal a la piel. Lo que sigue es la tragicomedia de su liberación de su estructurada vida, para darle paso a una manera más desprejuiciada y desenfadada de enfrentar el tiempo que le queda. Y eso incluye un nuevo estilo de crianza con su hijo, echar de la casa a su marido (Oliver Platt), pagarle 100 dólares por cada medio kilo que baje a su obesa estudiante (la también nominada al Oscar por Precious, Gabourey Sidibe) y reconectarse con su estrambótico hermano. Así, anclada en la estupenda actuación de Linney y ayudada por el sólido elenco de secundarios, el show consiguió convertirse en una de las mejores comedias estrenadas este año. Y la recepción del público también fue prometedora: tuvo el mejor estreno de una serie original en ocho años para Showtime, y ya aseguró un segundo ciclo, que se emitirá en 2011.
"El tema era algo que me importaba personalmente. Y en su centro están todas las cosas con las que me he obsesionado últimamente: el tiempo, la vida, envejecer. Y, principalmente, el privilegio de volverse viejo", explicó la actriz sobre sus razones para unirse al proyecto.
Y realmente se involucró, porque no solo protagoniza el show, sino que también es su productora ejecutiva. Al contrario de lo que suele ocurrir con los rostros que reciben ese cargo, el título no solo fue honorario. Linney opinó acerca de todos los aspectos de la producción, desde el casting del resto del elenco hasta el color de las murallas del edificio donde se realiza el programa, pasando por tener voto en la locación donde se grabaría.
Al menos en lo que se refiere al resto de los actores, su participación rindió frutos: además de Platt, un actor de carácter de trayectoria, The big C reclutó a la taquillera Sibide, a Cynthia Nixon (Miranda de Sex and the city), que aparece avanzada la primera temporada como la ex mejor amiga de la protagonista, y a Idris Elba (The wire, Rockanrolla). Y, claro, tuvo a Bill Condon (Soñadoras, Kinsey) como director del episodio piloto.
Linney reconoció la complejidad del tema, pero aclaró que la serie va más allá. "La gente me preguntaba: ¿cómo vas a hacer una comedia sobre el cáncer? Pero no es realmente sobre eso, sino que sobre una mujer que tiene cáncer. Y eso es una gran diferencia. Cuando alguien atraviesa por un gran cambio o desafío, la vida tiene una manera de no dejarte tomártelo demasiado en serio", explicó ella.
Los creadores, además, fueron prácticos a la hora de abordar el limitado tiempo de vida que tiene la protagonista (y que ponía en duda la longevidad del show): decidieron que cada temporada solo abordará una estación del año. Así, en el primer episodio, es el primer día del verano. Y el segundo ciclo será en otoño.
La crítica, en tanto, tuvo elogiosos comentarios. El New York Times destacó la osadía de atreverse a tocar la muerte sin mayores artificios. "The big C funciona porque la mayor parte de los guiones son buenos y creíbles, y así también lo es Linney, quien rara vez da una nota falsa y da el tono perfecto", resumió la publicación. Mientras que la revista Time apuntó: "El show depende por sobre todo de la actuación de Laura Linney y, hasta ahora, es cautivante".