Médicos de EE.UU. siguieron la dieta líquida de tres mil pacientes, hombres y mujeres sanos, de entre 30 a 65 años, durante 10 años. ¿Los resultados? El consumo constante y abundante de agua reduciría en un 30% el riesgo de contraer la enfermedad del tipo dos, que aumenta los niveles de azúcar en la sangre. La publicación a cargo de la American Diabetes Association indica que el cuerpo deshidratado aumenta los niveles de vasopresina, hormona que enviaría señales al hígado con tal de producir azúcar en la sangre.