El bus F13 recorre las calles del sector Bajos de Mena, en Puente Alto. Son las siete de la mañana, y a las pocas cuadras de su terminal se ha llenado rápidamente. Un pasajero entra sin mirar al conductor, otro grupo sólo dice "permiso tío" o "en el Metro cargo" y unos pocos validan su bip!.

En todos esos casos el conductor no dice nada, porque la situación ya forma parte de lo cotidiano para todos los choferes del Transantiago que pasan por Puente Alto, la comuna que presenta la mayor evasión de Santiago, que alcanza a un 33% según los datos del Ministerio de Transportes. La cifra está muy por sobre el promedio de la capital, que es de 17,8% y que le reporta una pérdida diaria al sistema de US$ 600 mil.

Son cuatro las empresas que recorren esa zona (F): los troncales de Subus y Alsacia, y los alimentadores de Unión del Transporte y STP. Según Miguel Gómez, gerente de operaciones del terminal Juanita de esta última operadora, la mayor evasión se produce en Bajos de Mena, donde incluso se llega al 50%. El tema empeora en los días en que hay partidos de fútbol, ya que los buses prácticamente transportan pasajeros gratis "y más encima se roban los extintores, rompen los vidrios y molestan a la gente", dice Gómez.

En STP la evasión ocurre en horario valle y en ciertos sectores de la hora punta de la mañana, donde suben grupos grandes de personas y sin pagar.

En el caso de Subus el problema ocurre en la hora punta matinal, mientras que en Alsacia agregan que los viernes y sábados por la noche casi todos viajan gratis.

Ambas empresas ya implementaron medidas para evitar la evasión y las agresiones a los conductores. En el primer caso Subus instaló torniquetes y contrató fiscalizadores propios para ordenar el ingreso de pasajeros a los buses. Para el segundo caso instaló cabinas segregadas.

Para la operadores, el problema parte con la idea de no cobrar a raíz del colapso que se produjo en los primeros días de puesta en marcha del sistema. Esa visión es compartida por el alcalde de la comuna, Manuel José Ossandón, quien agrega que también influyó el mal servicio entregado a los usuarios.

El jueves 15 de abril, el ministerio anunció un plan antievasión, reforzando las fiscalizaciones. Mario Troncoso, quien maneja el bus F18, cuenta que "la semana pasada subieron los fiscalizadores: de 50 pasajeros quedaron 15".

Quienes no validan su bip! son bajados con carabineros y reciben multas de entre 0,2 y 0,5 UTM ($ 7.300 a $ 18.400). Algunos de los infraccionados el miércoles pasado, en calle Gabriela, señalaban como excusas que "se me quedó la tarjeta", "me acaban de asaltar" o "no alcancé a cargar".

Transportes también anunció un proyecto de ley para aumentar el monto de las multas y quitar beneficios sociales a quienes no las cancelen. Al respecto, Ossandón dijo está bien aumentar la multa, pero que "jamás se debe mezclar los beneficios sociales con las multas. Un niño no tiene la culpa de que una mamá o un papá sean irresponsables".