Señor director:
¿Podríamos llevar adelante una reforma al sistema de salud sin pensar en los doctores y enfermeras? ¿Sería creíble una gran reforma que cambiara distintas condiciones estructurales, sin preocuparse de la calidad de los profesionales del sistema? Más aún, ¿estaría alguien tranquilo si al entrar a pabellón se entera que el profesional que lo intervendrá está agotado por un sistema que lo hace trabajar horas no reconocidas, desmotivado por condiciones desfavorables, y hasta -quizás- buscando alguna alternativa para huir de esa profesión?
Los resultados de la prueba Pisa 2012 confirman la posición de Chile en educación. Un país donde el 52% de los niños no sabe los contenidos mínimos en matemática para desenvolverse en el mundo. Un país, sin embargo, que se ha dado cuenta de esta situación y ha puesto la educación como tema prioritario. Así lo ha entendido también el gobierno.
Por eso resulta preocupante que al oír la discusión en los medios, se crea que lo esencial (el aprendizaje de los niños) se solucionará con reformas al sistema, sin pasar por los profesores. El ministro Eyzaguirre lo dijo claramente en la comisión de Educación de la Cámara: “Las reformas iniciales (copago, lucro y selección) son condiciones necesarias, pero no suficientes para una educación de calidad”.
¿Cuál será la reforma que realmente expanda la frontera de posibilidades de nuestros niños? Quizás convenga preguntarles a los niños. Probablemente ellos vean más claro lo importante que es tener un sistema que haga cada día más atractivo y posible ser un gran profesor.
Rafael Lira Bezanilla
Fundación Elige Educar