Cerca de las 19.00 de ayer despegó desde Caracas un vuelo comercial que trasladó a Santiago al presidente de las juventudes de la UDI, Felipe Cuevas. El dirigente gremialista había sido detenido el jueves en la capital venezolana, acusado de tomar fotografías en el edificio del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), y su liberación se efectuó después de intensas gestiones entre la Cancillería y el gobierno de Nicolás Maduro durante toda la jornada de ayer.
La detención de Cuevas -quien viajó a Caracas para sostener reuniones con dirigentes opositores de ese país- había dado paso a una fuerte ofensiva de la UDI contra el gobierno de Maduro y algunos cuestionamientos a la reacción de La Moneda.
Tras enterarse del episodio la madrugada de ayer, la directiva gremialista encabezada por Ernesto Silva tomó contacto con el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, y el subsecretario de Relaciones Exteriores, Edgardo Riveros, para demandar la intervención del Ejecutivo en un caso que la UDI calificó de "máxima gravedad".
"Para excusas absurdas no estamos", había señalado Silva ante la versión del gobierno venezolano sobre las circunstancias de la detención: tomar fotografías en un lugar no permitido y no contar con identificación cuando ésta se le solicitó.
En la UDI también molestó la primera reacción del gobierno chileno, luego de que el ministro vocero, Alvaro Elizalde, no condenara públicamente el episodio y no se accediera a enviar una nota de protesta. Además, hubo dirigentes que criticaron la actuación del embajador chileno en Caracas, Pedro Ramírez.
El desenlace
Mientras desde Sudáfrica -donde están de gira- la Presidenta Michelle Bachelet y el canciller Heraldo Muñoz monitoreaban la situación, a primera hora de la mañana el vicecanciller recibía en el piso 15 del Edificio Carrera a la directiva de la UDI y familiares de Cuevas.
Posterior a esa reunión, el embajador de Venezuela, Arévalo Enrique Méndez, fue citado por Riveros para expresarle la preocupación del gobierno por la situación del dirigente de la UDI. En La Moneda, en tanto, Peñailillo y Elizalde recibían a la directiva gremialista, que llegó a Palacio sin aviso previo.
En paralelo a las gestiones del gobierno, el ex Presidente Sebastián Piñera se comunicó con dirigentes de la oposición venezolana para pedirles su colaboración, contactos que informó al jefe de la UDI.
La situación que afectaba a Cuevas comenzó a despejarse a eso de las 16.00, cuando Cancillería e Interior fueron notificados de la inminente liberación del dirigente.
Tras el desenlace, el canciller subrogante Edgardo Riveros concluyó: "Lamentamos lo ocurrido, pero hemos tenido un resultado que fue un empeño constante por lograr".
El avión que trae de vuelta a Cuevas a Chile tenía previsto aterrizar a las cinco de la madrugada de hoy. La directiva UDI y su familia lo recibirían en el aeropuerto. Anoche se informó que finalmente no se concretó un proceso judicial y que el dirigente tampoco tiene impedimento para volver a Venezuela.