En el colegio municipal Neruda, de La Pintana, la mayoría de las clases ya no son de esas tradicionales, con el profesor dictando frente al pizarrón. Desde quinto básico, realizan todas las clases en la sala de computadores y de manera lúdica a través de videojuegos.

Sumado al reforzamiento en matemáticas que imparten voluntarios de la Usach, han hecho de este colegio uno de los más eficientes del país, pese  a que el 80% de su alumnado es de origen vulnerable.

Según un estudio de la Universidad Diego Portales, menos del 30% de los colegios comparten esas características. En otras palabras, menos de un tercio de los establecimientos en Chile logra que sus alumnos aprendan más de lo esperado de acuerdo a su nivel socioeconómico y el nivel inicial de conocimientos. Apenas el 18% agrega más de 10 puntos Simce.

El análisis es uno de los primeros sobre valor agregado en el país, un método para medir eficiencia de los colegios cada vez más usado en Estados Unidos, en desmedro de los puntajes en pruebas estandarizadas, los que son influidos por el nivel socioeconómico de los escolares.

El estudio tomó los resultados Simce de los alumnos de cuarto básico de 2.181 escuelas del país (ver metodología) en 2007 y lo comparó con el progreso que habían tenido los mismos niños en el Simce de octavo en 2011. Todo, controlado por nivel socioeconómico de las familias y de la escuela. La conclusión: sólo una minoría de escuelas logra que sus alumnos progresen. El 65,3% de los estudiantes que estaban en nivel inicial de rendimiento en lectura en cuarto básico permaneció en ese mismo nivel en octavo; un tercio pasó a la categoría intermedia y apenas el 4,2% pasó a ser avanzado.

En matemáticas, el resultado es peor: el 93% de los alumnos de octavo quedó en el mismo nivel inicial que tenía en cuarto básico.

El panorama es igual en todas las dependencias: sólo el 3% de los estudiantes de colegios municipales, el 5% de subvencionados y el 7% de particulares pagados aumentaron su desempeño en matemáticas entre cuarto y octavo básico. Es más, el 41% de los alumnos de colegios públicos y el 35% de privados bajó su desempeño.

"Nuestra capacidad como país para enseñar matemáticas es baja: tenemos déficit de profesores y hay estudios que demuestran que los docentes en ejercicio dominan menos de una quinta parte del currículo", dice Ernesto Treviño, director del Centro de Políticas Comparadas en Educación de la UDP y uno de los autores del informe, junto a los académicos Claudio Thieme y René Gempp.

Colegios efectivos

Dentro de este escenario, los colegios Valentín Letelier, de Calama; San Antonio, de Talca, y Sagrado Corazón, de Apoquindo, aparecen como los más eficientes en las tres dependencias tanto en matemáticas como en lenguaje.

"El ranking global se elaboró considerando matemáticas y lenguaje, porque una escuela que logra buenos resultados en lenguaje no necesariamente lo hace en matemáticas", explica Claudio Thieme, de la Facultad de Economía de la UDP.

Uno de ellos es el colegio subvencionado Superior del Maipo, de San Bernardo. En éste, no sólo los alumnos tienen clases, sino que los papás pueden asistir a talleres de reforzamiento de matemática los sábados para que puedan ayudar a sus hijos con las tareas. El colegio agregó 34 puntos en lenguaje y 47 en matemáticas por sobre el resultado Simce que habrían tenido originalmente los alumnos.

La escuela Alejandro Noemí, de Freirina, agregó 34,8 puntos en lenguaje y 26,9 en matemáticas. Para su director, Fernando López, han sido clave el Plan de Apoyo Compartido, del Mineduc, la capacitación a los docentes y un elemento que no se puede medir: "Darles cariño a los niños".