Es un día soleado en la costa de Reñaca, en Viña del Mar, pero el frío y el silencio que se perciben desde el ingreso de la Universidad del Mar, impacta. Ahí, miles de sillas de metal bloquean el ingreso.
Desde el primer piso se puede ver a un joven barriendo, al otro extremo una estudiante hace manualidades. Ellos están terminando los quehaceres de la toma que, hace exactos 365 días, realizan algunos de los estudiantes de la casa de estudio y que buscan evitar el cierre definitivo de la universidad.
Se despiden de un joven de baja estatura, delgado y de extensas rastas en el cabello. "Mañana vengo temprano a preparar la murga", le dice Antón Pérez, estudiante de Sicología. "Dejé todo limpio y en mi casa haré unas máscaras", le comenta Cristina Silva, titulada de la misma carrera.
Se trata de Fernando Ovando, ex dirigente estudiantil de la universidad quien oficia como una especie de líder. Sin embargo el "Feña" aclara que él no es jefe de nadie, sólo considera normal que le rindan cuentas por tratarse de quien ha permanecido todo el tiempo en una de las tomas más extensas que ha vivido una casa de estudios superiores en el país.
No se jacta de su coraje, porque reconoce que ha tenido momentos difíciles, como la preocupación de su madre por cada kilo que bajaba durante la huelga de hambre que realizaron a fines de mayo de 2012 (y que se extendió por 10 días) y la presión por las cinco alertas de desalojo que nunca se concretaron.
Dice no entender mucho de política, pero hoy Ovando lidera el movimiento de la U. del Mar desde la trinchera más compleja, la del sacrificio de permanecer un año durmiendo lejos de su familia y sin tener la certeza que las soluciones lleguen.
A pesar que sólo unos 10 estudiantes son los que rotan en la ocupación, no siente que está solo y no se arrepiente de sus decisiones. "Estoy convencido de que lo que nos pasó no es sólo nuestro problema, sino que es un problema global, somos el síntoma de la educación chilena", dice.
Desde el que llama "living comedor", Ovando muestra que nada les falta y todo gracias al padre Marcelo, de la parroquia San Expedito, quien los provee de mercadería y los regalonea con tortas e incluso cigarros. "Sin duda él ha sido muy importante, también algunos vecinos y los bomberos que nos ayudan con el agua. Esto no es como antes que parecía hotel, ya no tenemos luz, agua, menos internet", relata.
El joven de 26 años, estudiante de tercer año de Kinesiología, recuerda con entusiasmo como comenzó la ocupación el viernes 28 de diciembre de 2012, cuando eran 400 los convencidos que la toma era la mejor forma de contestar a lo que sentían como un injusto desprestigio de su universidad, después que el Consejo Nacional de Educación (CNED) resolviera, a petición del Mineduc, revocar el reconocimiento oficial de la personalidad jurídica de la institución.
Son 12 mil alumnos a lo largo del país intentando ser reubicados, un tema que todavía el ministerio no ha podido resolver a cabalidad.
Ovando asegura que "ni yo ni otro dirigente tenemos matrícula para 2014, porque no se ha concretado el convenio con la Upla y ya tengo una deuda de mi carrera anterior de más de seis millones de pesos. Lo que yo quiero, y muchos otros, es que se nos condone esa deuda, porque se nos incumplió el contrato", reclama.
La crisis de la Universidad del Mar tiene al ex rector Héctor Zúñiga cumpliendo arresto domiciliario, a la espera del juicio oral. La Fiscalía Oriente le imputó haber pagado al ex presidente de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) Luis Eugenio Díaz para obtener la acreditación.
El fiscal Carlos Gajardo realiza las últimas diligencias antes de dar por cerrada la investigación. Se estima que en marzo podría comenzar el juicio oral. En esta, el Ministerio Público también formalizó a la U. del Mar como persona jurídica, por el delito de cohecho. Por esto, la fiscalía ha debido buscar a la persona que represente a la institución ante los jueces.
Ya que ninguno de los controladores de la universidad quiso tomar esta responsabilidad, se asignó a un defensor penal público para que se hiciera cargo de esta tarea. Mientras, Ovando continúa durmiendo en la sede de Reñaca.