Para Blanca Arévalo (69) la visita al cementerio es una tradición familiar. Desde hace 30 años que acude todas las semanas a dejarle flores a dos de sus hijos, que descansan en el Cementerio Católico. Y ayer, acompañada de sus familiares más cercanos, asistió también al Cementerio General. Fue una de los miles de personas que llegaron al recinto con motivo del Día de Todos los Santos. "Esta fiesta es especial para muchas personas, pero para nuestra familia todos son importantes. Cuando es el cumpleaños de uno de mis niños, venimos a festejarlos y decoramos la tumba con flores y globos", cuenta.
La conmemoración del tradicional 1 de Noviembre se vivió en todo el país y de diferentes formas. Religiosidad popular y recuerdos. En algunas localidades, como Valdivia, se escucharon bandas musicales junto a las tumbas. En otros lugares, globos, fotografías y cintas de regalo.
Juan Contreras (42), por ejemplo, viajó junto a su pequeño hijo desde San Fernando para visitar a su padre en el Cementerio General de Santiago, quien murió hace 26 años. Un viaje que demora dos horas y media. Sacrificio que realiza sólo cuando tiene los medios."Trato de venir todos los años, pero, debido al tema económico, se nos hace difícil", relata este hombre, quien, junto a otras 500 mil personas, acudió bajo el sol al citado cementerio.
Pese a las nuevas tendencias, las flores siguen siendo parte central de la festividad. En varios puntos de la capital los asistentes se quejaron por el precio de los ramos. "Algunos estaban al doble", se escuchó repetidamente. Ayer, al menos, una rosa costaba entre $ 500 y $ 1.000, un ramo de flores entre $ 1.000 y $ 5.000 y un arreglo de canastillo entre S 3.000 y $ 15.000.
Los visitantes no sólo recordaron a sus familiares y amigos. También fueron parte de distintas actividades, muchas de las cuales fueron organizadas por los propios cementerios. En el Parque del Recuerdo, por tercer año consecutivo, los asistentes le escribieron cartas a sus deudos, que después son recopiladas en un libro. "Me parece un acto muy bonito, porque ayuda a las personas a aceptar la muerte del familiar", destacó Jennifer Basoalto (45).
En el Parque de Santiago la temática fue otra. El público asistió al trabajo de seis artistas moldeando esculturas. Además, los visitantes escribieron mensajes en globos blancos a sus familiares, que luego echaron a volar.
En Calama, en tanto, Región de Antofagasta, con más de 21 mil sepulcros en el cementerio Municipal y 13 mil en el de Chuquicamata, ayer se estimaba que cerca de 20 mil personas visitaron estos lugares. En el primero de ellos se incrementó el servicio de retiro de basura y se le facilitó agua a quienes querían asear las tumbas.