El martes los trabajadores de la División Codelco Norte (Chuquicamata y Radomiro Tomic), rechazaron una oferta de la empresa con cuantiosos bonos que alcanzan $11,5 millones por trabajador, que otorga un préstamo a bajísimo interés por otros tres millones de pesos, un reajuste salarial de 3,8%, muy superior al alza de la inflación, y el alza en 10 a 20% de beneficios tales como becas para hijos de trabajadores, aguinaldos y otros.

El motivo del rechazo fue que se esperaba obtener un bono por $ 14 millones, igual al obtenido por los trabajadores de Minera Escondida hace algunos meses.

La empresa ya había flexibilizado su posición en cuanto a no reducir algunos beneficios históricos, tales como las vacaciones de 25 días hábiles, indemnización a todo evento que recibe cada trabajador despedido, y eliminar el acta que exige acuerdo entre trabajadores y empresa para modificar la planta en cualquiera de las áreas de trabajo. Esto último ha conducido a que la empresa no pueda realizar cambios en la planta de trabajadores, los de mayor promedio de edad de cualquier empresa chilena.

Se estima que los empleados de Codelco Norte son los mejor pagados de Chile y están entre los trabajadores más caros de la minería mundial en términos de poder de compra. Entre los beneficios está la salud completamente gratis, en el hospital del cobre en Calama, no disponible para otros ciudadanos. Ello significa que los trabajadores de Codelco Norte y sus familiares van cinco veces más al hospital al año que el resto de los chilenos.

Si uno leyera hasta aquí, podría decir que por fin un grupo de trabajadores gana el acceso a las condiciones que deberían tener todos los trabajadores chilenos en el futuro, como ocurre en los países desarrollados. Este debería ser el estándar para acortar la inmensa brecha entre ricos y pobres en el país. Pero, ¿es este el ejemplo que deben seguir los chilenos? ¿Es este un modelo que deben imitar los trabajadores?

La respuesta está en el rendimiento. ¿Cómo se compara la producción de un trabajador de Codelco Norte con uno de Escondida, o de otra gran mina de cobre a nivel mundial? Después de hacer todos los ajustes requeridos, un trabajador de Codelco Norte alcanza a producir sólo una fracción, aproximadamente dos tercios, del cobre que produce un trabajador de una mina de clase mundial. Y, además, esto es 35% menos de lo que producían per cápita hace 10 años.

El problema no radica en los altos sueldos, sino que en la baja productividad. Lo que preocupa es que los beneficios van más allá de todo lo razonable a nivel nacional e internacional. Lo más grave es la inamovilidad, la que ha destruido los incentivos para trabajar. Sencillamente, los trabajadores no están dispuestos a renunciar a este beneficio.

Por cada peso adicional que capturan los trabajadores de Codelco, Chile deja de ahorrar un peso, y los más humildes de nuestro país, en especial los que no tienen trabajo, pierden un peso.

Los trabajadores del cobre defendieron la nacionalización del mineral rojo -"el cobre para todos los chilenos"-, el gran legado de Salvador Allende. Sin embargo, lo que hoy observamos es que defienden sólo su bolsillo. Una tarea clave del nuevo directorio de Codelco será poner coto a esta parcela de poder que se ha ido construyendo a través de los años, reintroducir la motivación por el trabajo, elevar la productividad, y volver a hacer de esta empresa, la corporación de clase mundial que puede y debe llegar a ser.