Edward Royzman, profesor de sicología de la U. de Pennsylvania (EE.UU.), me pidió que hiciera una lista con cuatro cualidades: atractivo físico, ingresos, amabilidad y fidelidad. Luego me asignó 200 "puntos de cita" virtuales que debía distribuir entre esos cuatro rasgos. Entre más le asignara a cada uno de esos atributos, más, supuestamente, valoraría esa cualidad en una pareja.

Pienso por un segundo y luego escribo cantidades iguales (70) junto al atractivo físico y la amabilidad. Luego le asigno 40 puntos a los ingresos y 20 a la fidelidad.

-"Oh, vaya", dice. "Tus respuestas son algo atípicas para una mujer. Usualmente las mujeres le asignan más a la fidelidad y menos al atractivo físico. ¿Quizás piensas que la fidelidad es algo que la gente puede aprender a cultivar con el tiempo?".

Este juego de rasgos, junto con una revisión de Royzman de la literatura existente sobre la atracción, alude a algunas de las infinitas peculiaridades del mercado de citas en línea. Te puede atraer alguien a través de internet, pero esa persona puede poner 100 puntos en ingresos y, lamentablemente, tú puedes ser un 10. Los hombres y las mujeres toman decisiones de selección de pareja de manera muy diferente, especula Royzman. Los hombres tienden a actuar interesados en un solo ítem: si un prospecto no es lo suficientemente atractivo, la otra persona usualmente no califica para una primera cita. Punto.

Para las mujeres "es una elección más compleja", dice. "Lo que tiende a importar para las mujeres es que el conjunto sea bueno", lo que significa que ellas pueden aceptar a una pareja menos atractiva si es sobresaliente en otros aspectos.

Match.com es un sitio con dos décadas de vida, pero nuevas aplicaciones de rápido crecimiento, como Tinder, han vuelto a poner el énfasis de las citas online en la apariencia. Tinder (www.gotinder.com) prescinde de la idea de que sea necesario el amor mutuo para encender una chispa; en vez de eso, los usuarios se deslizan por las fotos de sus potenciales parejas y les envían mensajes a las que les gustan. Tal como dijo un columnista que usó el servicio, "hay una breve biografía, aparece la edad y una lista con amigos en común, pero ¿quién presta atención a esos datos cuando alguien aparece en la playa usando casi nada de ropa?".

Esta variedad de sitios de citas más superficiales capitalizan una tendencia clara. Sólo 36% de los adultos dice que el matrimonio es una de las cosas más importantes en la vida, según un estudio de 2010 del Pew Research Center, y 28% dice que hay sólo un amor verdadero para cada persona. Investigaciones recientes han examinado qué es lo que hace que una persona desee a otra digitalmente. Esta es la forma, según esos estudios, de tener citas online.

¿Importa la foto?

Tinder ofrece una descripción en una línea de extensión y una selección de cinco imágenes, incluyendo la importante primera foto, llamada "carta de llamado", como la nombra la escritora Amanda Lewis. Ella resalta otros tips en su "glosario Tinder": "Muchos usuarios rechazan una foto cuando ven un niño o un bebé". Y luego está la ley de hierro que dice que "95% de los usuarios que eligen una carta de llamado sin una toma clara de la cara, resultan ser poco atractivos".

No es la primera vez que un rostro juega un rol tan importante en el destino de una persona. La fisonomía, o la teoría falsa de que podemos predecir el carácter de una persona a partir de sus rasgos faciales, fue una extendida doctrina. Charles Darwin comenzó a desarrollar su teoría de la selección natural mientras viajaba en el HMS Beagle acompañando al capitán Robert Fitzroy, pero sólo después de ser casi rechazado para el trabajo debido a que Fitzroy pensaba que "ningún hombre con tal nariz podría tener la energía" necesaria para un arduo viaje.

Ha habido evidencias que señalan que los extraños pueden predecir acertadamente cualidades como la estabilidad emocional y la autoestima basándose en fotos. Pero son necesarias interacciones más largas y significativas para determinar con precisión otros rasgos, como si la potencial pareja es agradable o neurótica. Parece que la gente sólo determina los extremos de una personalidad a partir de una foto y no sus matices.

Por eso, Royzman dice que las apariencias pueden engañar. En las relaciones, la personalidad generalmente supera al atractivo, o al menos tendemos a encontrar más atractivas a las personas cuando tienen personalidades que nos gustan. Así que tal vez la carta de presentación en Tinder debería centrarse, digamos, en la forma en como usted trabaja de voluntario cada fin de semana en un refugio para animales.

¿Debería salir con alguien que se ve como yo?

Christina Bloom lanzó FaceMate en 2011, sustentada en su idea de que la gente que tiene relaciones felices tiende a parecerse a su pareja. El sitio une fotos de sus usuarios basándose en la estructura ósea de sus rostros, utilizando técnicas de escaneo facial y un algoritmo computacional.

"Todo parte con la cara. La gente dice 'desde el primer momento en que lo conocí, lo supe'. Hay una sensación de reconocimiento. Eso es lo que están viendo; es su propia imagen. Eso es lo que llamamos química", dice. Los sicólogos tienden a no opinar lo mismo de esta teoría. En otro experimento de la U. de Texas A&M que simulaba un evento de citas rápidas (speed dating), los individuos que creían que eran similares entre sí eran más propensos a sentirse atraídos, situación que no se repetía en aquellos que efectivamente eran semejantes entre sí.

"Las personas no se sienten atraídas románticamente a gente que se parece a ellas. Eso tiene que ver con las desventajas genéticas de emparejarse, por ejemplo, con tu hermano", explica Lesie Zebrowitz, profesora de sicología de la U. Brandeis (EE.UU.) y experta en percepción de rostros. De hecho, Lisa DeBruine, sicóloga de la U. de Glasgow (Escocia) descubrió que las personas consideran que los rostros del sexo opuesto que se parecen a ellas resultan confiables, pero no atractivos e, incluso, pueden resultar repulsivos en una relación de corto plazo.

Un experimento realizado por la U. de Oslo (Noruega) describe la fórmula mágica: 20 personas evaluaron fotos de sus parejas a medida que eran modificadas digitalmente para que se parecieran más a ellas mismas. El número ideal era una semejanza de 22%. Más allá de eso resultaba repugnante.

¿Me llevarán mis intentos de citas online a una relación

Quizás tengamos más opciones para hallar una pareja, pero la gente sigue teniendo problemas para determinar lo que realmente quieren en otro. Un estudio de 2008 realizado por Eli Finkel y Paul Eastwick de la U. de Northwestern (EE.UU.) encontró, por ejemplo, que aunque los hombres y las mujeres tienden a priorizar diferentes aspectos de sus parejas (ellos enfatizan la apariencia y ellas el dinero), no hay diferencia en los tipos de parejas que ambos sexos finalmente eligen en una situación real, evidencia que los autores evaluaron con un ejercicio de citas rápidas.

Es más: había poca relación entre los rasgos que los participantes dijeron anhelar en un compañero en el papel y lo que realmente les gustaba sobre los demás en un evento de speed dating. En otras palabras, podemos presumir de nuestro reloj Rolex en nuestra foto de Tinder, pero podría no evitar que nuestra cita se vaya a casa con un desaliñado artista que conoció en el mismo bar.

Esto ocurre, en parte, debido a que la forma en que la gente se empareja en los sitios de citas es diferente de la forma en que luego evaluará la relación real, señalan Finkel y Eastwick. La gente navega por los perfiles en línea en lo que se conoce como "modo de evaluación conjunta", comparando múltiples pretendientes sobre la base del atractivo, los ingresos y otros factores. Sin embargo, toman decisiones respecto a una relación según el llamado "modo de evaluación independiente", juzgando sólo a una persona y pensando: "¿Es esta persona la correcta para mí?".

Aun cuando elijamos un prospecto con la quijada más atractiva, podemos pasar por alto a otro que pasará voluntariamente horas junto a nosotros viendo un reality... y sin emitir juicios condenatorios.

"El modo de evaluación conjunta puede hacer que los usuarios se enfoquen en ciertas cualidades que creen que son importantes en una potencial pareja, quizás desatendiendo otras que son realmente importantes", escribe Finkel en su investigación. "Hay ciertas cualidades en las que es fácil concentrarse en un modo de evaluación conjunta (como la altura, los ingresos, la apariencia física), pero la verdad es que esas cualidades no son las que predicen el bienestar de una relación. Lo que realmente queremos es información sobre la compenetración y la compatibilidad sexual y de sentido del humor", agrega el experto.

Y los computadores simplemente no logran transmitir información sobre las personas de la misma forma en que la gente lo hace de sí mismas, dice Finkel. "Hay algo que la gente debe evaluar cara a cara antes de que una relación romántica pueda comenzar, ya sea la compenetración, el estilo de interacción y ese mimetismo inconsciente que determinan cuán confortable es la interacción entre dos personas. Puedes evaluar mejor la compatibilidad en un encuentro cara a cara de 10 minutos que en 100 horas de navegación por un perfil", añade.

Le pregunté a Finkel qué servicio de citas en línea usaría él, si tuviera que elegir uno. Su respuesta fue que dependería de lo que estuviera buscando. "El punto es que no puedes decir mucho a partir de un perfil, de modo que usar complejos algoritmos para evaluar si la pareja es una especie de Madre Teresa o alguien tan inteligente como Einstein, es un despropósito. Encuentra a alguien que te parezca agradable o sexy y luego júntense para evaluar si hay una compatibilidad real".

También le pregunté si, en efecto, él usaría los sitios de citas en línea u otro tipo de mecanismo para encontrar pareja. "Vaya que sí", dice. "Pueden expandir el mercado de potenciales parejas, volviendo disponible a un montón de gente que de otra forma nunca lo hubiera estado. Ese es un gran, gran beneficio. Pero, al menos hasta ahora, no pueden resolver quién será compatible contigo. Ese es tu trabajo".