Los vecinos del sector Los Dominicos, en Las Condes, están cansados de los robos. Así lo asegura Raimundo Alegría, presidente del Centro de Seguridad Vecinal "Las Lavándulas", quien cuenta que en abril pasado decidieron tomar un rol activo para frenar estos ilícitos: llegaron a un acuerdo con la municipalidad, para instalar una caseta con un guardia de seguridad y mejorar así la vigilancia de sus casas.

Esta medida se adoptó, relata Alegría, tras el violento atraco que sufrió en su hogar. Ocurrió este año, el 13 de febrero, cuando ingresaba a su vivienda, al interior de su vehículo, y fue abordado por un grupo de delincuentes armados, quienes aprovecharon la instancia para entrar a la propiedad. Luego lo amarraron, junto a su hija menor y el grupo de amigos con que ésta se encontraba. Todos fueron amenazados, con armas de fuego, y testigos de los recorridos de los delincuentes al interior de la propiedad, que sólo huyeron tras recaudar joyas, dinero y computadores.

En las últimas semanas, Alegría relata que se han producido cuatro eventos violentos a menos de 200 metros de su hogar. En uno de estos hechos, los delincuentes amarraron a los hijos y a la asesora del hogar de uno de sus vecinos.

Tras estos sucesos, el ingeniero en transporte resolvió contactar a sus vecinos y, en conjunto, organizarse para estar más protegidos y prevenir la reiteración de estos violentos delitos.

Así, con el apoyo de la Municipalidad de Las Condes, en el marco del programa Seguridad y Vigilancia Vecinal Compartida, "en abril pusimos una caseta, y tenemos guardias las 24 horas. Para esto, reunimos un grupo de vecinos que están dispuestos a pagar la mitad de este servicio. El resto es aportado por el municipio. Hicimos esto porque el Estado no te genera la seguridad necesaria", explica Alegría sobre el plan de casetas de vigilancias, que ya suma 70 bajo esta modalidad en la comuna.

Además, cuenta que "tenemos un sistema de WhatsApp, entre los vecinos y nos avisamos de cualquier situación extraña, además de contar con el sistema de guardias, que nos permite por lo menos estar un poco más tranquilos".

Jorge Jaraquemada es otro de los vecinos que, cansado de los robos, apoyó esta iniciativa. Cuenta que, en los 10 años que lleva viviendo en el sector "me han entrado a robar dos veces. En una oportunidad la casa estaba sola, en la otra había gente, pero no hubo contacto entre los delincuentes y las personas que estaban ahí".

Jaraquemada manifiesta que decidió apoyar la iniciativa de Alegría porque ha visto "un incremento, no tan solo en el número de asaltos a casa o de autos, sino que además un incremento notable en la violencia con la que actúan los delincuentes".

El presidente del centro de seguridad vecinal, añade que los vecinos están intranquilos y con miedo. "Uno llega a su casa temeroso, mirando para atrás. Cualquier vehículo que pasa te deja preocupado si es o no es algún delincuente, especialmente por los niños", relata Alegría, quien agrega que debido a la serie de atracos, sienten "temor y, que estamos expuestos a que en cualquier momento entren a nuestras casas".

El ingeniero dice que las autoridades deben tomar cartas en el asunto y buscar medidas para enfrentar la delincuencia. "Pareciera que el gobierno estuviera esperando que suceda una tragedia antes de tomar medidas. Más temprano que tarde, nos encontraremos con algún hecho fatal", dice.

Rodrigo Vásquez, otro de los vecinos que conforma este grupo de seguridad, dice que "el Estado claramente no está transmitiendo a la población un mensaje de tranquilidad, siendo que ellos tienen claro que hay un aumento en la violencia y la delincuencia". Indica que producto de la inseguridad que, asegura, afecta al sector y al país "estamos viviendo aterrados" y que "el Gobierno necesita adoptar medidas concretas, que le devuelvan a la población la sensación de vivir en un país seguro, porque esta seguridad ya no existe".

Estos residentes de Los Dominicos hacen un buen balance de la efectividad del programa. Alegría indica que "los que estamos dentro de este grupo no hemos sufrido ningún delito más. Es efectivo". Añade, además, que "lo que dice el historial de la municipalidad es que habiendo caseta, la criminalidad prácticamente baja a cero".