"¡Llegaron las venecas!". Esa fue una de las frases más escuchadas el domingo en la ciudad colombiana de Cúcuta, cuando al menos 35.000 venezolanos aprovecharon la apertura temporal de la frontera, para cruzar a pie por lo que se denominó como un "corredor humanitario".
A pesar de que la frontera entre ambos países ha estado casi un año cerrada, Cúcuta no ha dejado de ser un foco de atención para miles de venezolanos, la mayoría de ellos provenientes de la ciudad de Ureña, en el estado de Táchira. Los habitantes de Cúcuta recibieron el domingo una estampida de venezolanos que llegaron a abastecerse de medicinas, alimentos y otros alimentos.
Venezuela carece de aproximadamente el 80% de los suministros médicos básicos necesarios y una escasez de alimentos que se refleja en las estanterías vacías de los supermercados locales. "Llegamos a hacer cola a las 7.30 de la mañana", cuenta la venezolana Carmen Prada, de 35 años a La Tercera. "La policía colombiana nos dejó pasar y nos dieron la bienvenida", cuenta.
Desde las cinco de la mañana, se registraron largas filas frente a la aduana del lado venezolano. Muchas personas incluso pasaron la noche al interior de sus autos, estacionados en calles aledañas, para llegar a primera hora al cruce.
Al igual que sus amigos, familiares y vecinos de la zona de Ureña, Carmen Prada iba con la mira puesta en los productos de la canasta básica que hoy parece una tarea casi imposible de conseguir en Venezuela. Lo más cotizado, según quienes volvieron al país tras un día de compras, fue aceite, arroz, azúcar, harina, leche, mantequilla y salsa de tomate.
"Muchos supermercados empezaron a cerrar sus puertas, porque ya era demasiada la gente que estaba adentro. Habían muchas personas comprando", contó Carmen. "Conseguí todo, era impresionante, daba mucha alegría, uno parecía loquita comprando en el supermercado", agregó.
Pero no sólo en busca de alimentos fueron los venezolanos. Según relató la diputada por el estado de Táchira, Laidy Gómez, a La Tercera, también se registró a muchos de ellos cruzando la frontera de vuelta a sus casas con repuestos de autos.
"Es lamentable ver que los venezolanos tengamos que depender de otro país para que podamos alimentarnos después de ser un país potencia petrolera. Un país que tenía todos los recursos para ayudar a naciones extranjeras", opinó Gómez, que forma parte de la oposición.
Otros también aprovecharon la ocasión para comprar útiles escolares y uniformes de colegio.
"Vi a muchas madres que aprovecharon de comprar zapatos escolares, medias y camisas, porque se viene la temporada en Venezuela", comentó a este diario Claudia Pérez, una de las encargadas de organizar, la semana pasada, el primer cruce de 700 mujeres que logró pasar la seguridad de la frontera.
"Aparte de comerciante soy ama de casa y me he visto muy afectada por el cierre de las fronteras. Mi marido trabaja en Colombia y está al otro lado", cuenta Claudia Pérez.
Tras las 12 horas de libre paso, los habitantes de las ciudades fronterizas esperan ahora poder volver a pisar suelo colombiano. "Vamos a exigir que la frontera sea abierta completamente. Quieren implantar abrir solo los fines de semana, pero hay gente en situación muy crítica y tienen que esperar una semana para comprar un analgésico", cuenta Claudia.