La teoría de la relatividad dice que la velocidad de la luz es una constante cósmica en el Universo y que nada puede ser más rápido que ella. El reconocido premio Nobel de Física, Albert Einstein, ideó esta teoría en 1905, sentando las bases de lo que hoy es la física moderna y reformulando lo que otros grandes científicos como Isaac Newton habían planteado años atrás.
Por lo mismo, Dario Auterio, científico de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), sabía que su tarea no era nada fácil. El pasado viernes 24, se paró frente a una multitud de investigadores y periodistas para explicar los últimos resultados del experimento Opera: captaron cómo unas pequeñas partículas llamadas neutrinos habían logrado viajar más rápido que la velocidad de la luz, es decir, habían sobrepasado "el límite de velocidad de la naturaleza". Una observación que, si llega a ser comprobada, podría implicar "un terremoto muy profundo en el mundo de la física", explica Patricio Cordero, doctor en Física de la U. de Chile. Esto porque cuestiona la teoría de Einstein, lo que significaría repensar la física actual y abrirse a nuevas posibilidades que hasta ahora sólo eran posibles en libros de ciencia ficción.
Viaje en el tiempo
Un ejemplo de esto son los viajes en el tiempo. Siguiendo la teoría de la relatividad, para viajar en el tiempo los objetos con masa tendrían que desplazarse más rápido que la luz, es decir, a casi 300.000 km por segundo, lo que es imposible bajo esta teoría.
Ahora, el experimento del CERN muestra -en teoría- que sí es posible. Esto, gracias a los neutrinos, partículas que tienen una masa muy pequeña (casi nula) y que lograron viajar a una velocidad mayor a la luz. Para comprobarlo, lanzaron millones de neutrinos desde la ciudad de Ginebra, en Suiza, a un laboratorio subterráneo en Italia llamado el Gran Sasso, ubicado a 732 km de distancia. Para la sorpresa de los científicos, los 15.000 neutrinos que lograron atrapar en tres años que duró el experimento siempre sacaban una ventaja de 20 metros por sobre la luz al final del camino. "En otras palabras, el tiempo de viaje al pasado sería posible... (aunque) eso no significa que vamos a construir máquinas del tiempo a corto plazo", dijo a Reuters Jeff Forshaw, profesor de física de la U. de Manchester. Forshaw explica que sería más bien posible enviar "información al pasado" en forma, por ejemplo, de neutrinos.
Causa y efecto
Esto violaría otro de los principios de la física moderna, que es la causalidad. "Siempre la causa es anterior al efecto. Pero al viajar en el tiempo se podría llegar antes que la causa, se podría ir hacia atrás en el tiempo y, por ejemplo, interferir en algún momento", explica Claudio Dib, académico del Departamento de Física de la U. Santa María y miembro del grupo chileno del proyecto Atlas, también del CERN. "Puede tratarse de márgenes muy pequeños de causalidad, pero esto tendría consecuencias abrumadoras sobre nuestras concepciones filosóficas más básicas", dice Cordero.
Sin embargo, tanto los científicos chilenos como sus pares europeos llaman a la calma. Todavía queda un largo proceso de comprobación de estos resultados. De hecho, otros laboratorios realizarán el mismo experimento para comprobar la tesis o ver si hay otra interpretación de los datos. Pruebas que podrían estar listas en tres o cuatro años más.