Vicente Parodi Cruzat (18), alumno del Colegio Tabancura, nunca esperó ser parte de los tres alumnos que obtuvieron puntaje máximo nacional en Lenguaje. Ayer en la mañana, desde el Ministerio de Educación le daban la noticia, pero, además, le informaban que, con 842 puntos, se había convertido en el mejor resultado a nivel nacional, promediando las pruebas de Lenguaje y Matemática. "Yo sabía que tenía una sola respuesta mala en la de Matemática (obtuvo 834 puntos). En el colegio siempre fui más cercano a esta área y a la física. De hecho, en lo que anduve flaqueando más fue en Lenguaje. Por eso mi sorpresa", dice.

Medicina e Ingeniería Comercial fueron algunas de las carreras que tenía como opción para estudiar, pero fue en tercero medio cuando decidió que quería ser ingeniero civil e inscribirse en la Universidad Católica. Vicente es el segundo hermano de 10 hijos de la pareja compuesta por María Paz Cruzat y Patricio Parodi, gerente general de Consorcio Financiero y ex presidente de Icare. Mientras estaba en la parcela que la familia tiene en Talagante, recibió distintos llamados para ofrecerle beneficios. El Banco de Chile le otorgó una beca que le cubre los gastos de toda la carrera, la U. Católica le obsequiaba la mitad de beca durante el primer año y también lo llamó la Universidad de Chile. A esta última le agradeció, pero descartó de inmediato: "La Universidad de Chile era mi segunda opción, pero de repente es muy politizada. Tengo amigos que estudian ahí y que estuvieron parados cuánto tiempo", comenta.

No está de acuerdo con las protestas y la forma en que los estudiantes condujeron el conflicto estudiantil durante el 2011. Y aunque en tercero medio fue secretario del centro de alumnos, no está dentro de sus planes ser parte de los movimientos estudiantiles. "Encuentro que la protesta no es la mejor forma. Yo creo que los estudiantes se tienen que dedicar a estudiar. Ya se creó la conciencia de que hay un problema y que hay que solucionarlo. Ahora hay que ponerse a trabajar y que los estudiantes también apoyen, que dejen que el problema se solucione". Enfatiza que los cambios son tan importantes, que cree que no pueden ser drásticos, sino que graduales.

Su madre cuenta que siempre ha sido talentoso y estudioso, y que esa fue la fórmula para que obtuviera estos resultados. Del Colegio Tabancura salió con promedio 6,8, donde realizó toda la escolaridad. Un profesor particular lo ayudó con las clases de matemática y el colegio lo preparó para la prueba de Lenguaje, donde obtuvo el puntaje nacional. "A mí, obviamente, me ayudó estar en un colegio privado. Corremos con una ventaja y tenemos mil oportunidades más que el resto. Está claro que la desigualdad en la educación existe. Están bien las ideas (del movimiento), pero de repente no es la forma", dice.

Son siete en total los alumnos del Colegio Tabancura que obtuvieron puntajes nacionales. De hecho, Héctor Quiroga Cortés, quien obtuvo 850 puntos en Matemática, es muy cercano a Vicente. Al salir del colegio en noviembre, ellos, junto a otros tres compañeros, se juntaban desde las nueve hasta las cuatro de la tarde en la biblioteca de la Universidad de los Andes a estudiar.

Durante ese tiempo, Vicente estudió más ciencias y una semana antes de dar la PSU retomó lenguaje.

Reconoce que fue muy metódico y que siguió su rutina como si siguiera en el colegio. "Eso me ayudó bastante, porque tenía mi plan de estudio muy formado y aparte nunca flojeé. Hay que ordenar las prioridades. Si uno está en el colegio, hay que estudiar. Es lo que nos toca a los jóvenes", dice.