El “viernes de la ira”, convocado ayer por los Hermanos Musulmanes tras la oración del mediodía, iba a ser una jornada de protestas en todo Egipto contra la masacre del miércoles en El Cairo y en defensa del depuesto Presidente Mohamed Morsi. Sin embargo, se saldó con otro baño de sangre. Aunque el Ministerio de Salud egipcio anunció la muerte de 17 personas durante la jornada, la cadena BBC, citando a las propias autoridades, elevó la cifra a, al menos, 80 fallecidos. Los Hermanos Musulmanes, que en su página web hablaron de más de 100 muertos sólo en la capital egipcia, fueron acusados por el gobierno instalado por el Ejército de encabezar “un complot terrorista malintencionado”. Los islamistas respondieron anunciando marchas diarias durante una semana por todo el país.
Anoche, además, la policía egipcia informó que detuvo a 1.004 seguidores de los Hermanos Musulmanes, 558 de ellos en El Cairo.
La concentración más importante tuvo lugar en el barrio cairota de Ramsés, en los alrededores de la mezquita de Al Fath, donde miles de miembros de la Hermandad se congregaron, pese al intenso despliegue de seguridad. Allí estallaron los choques más graves de la capital entre ambos bandos, en los que se emplearon armas de fuego. Tanto en la capital como en otras provincias se sucedieron los ataques contra comisarías, iglesias, sedes de gobernaciones provinciales y los cortes de carreteras con neumáticos incendiados. Las manifestaciones cesaron casi en su totalidad una hora después de la entrada en vigor del toque de queda nocturno.
En un comunicado del gabinete del primer ministro, el gobierno afirmó que “sus miembros, las FF.AA., la policía y el gran pueblo de Egipto están unidos para combatir el complot terrorista malintencionado urdido por los Hermanos Musulmanes”.
En respuesta al gobierno, el portavoz de los Hermanos Musulmanes, Gehad el Haddad, advirtió que a partir de ayer “empezó la ‘semana de la ira’ para hacer caer el golpe, y habrá manifestaciones pacíficas diarias en todas las provincias de Egipto desde los mismos puntos de reunión”.
El pueblo “seguirá su resistencia pacífica hasta que se vayan los golpistas”, agregó Mohamed El Badie, guía de los Hermanos Musulmanes.
Por su parte, Tamarod, el movimiento juvenil que promovió las gigantescas manifestaciones que llevaron a la destitución de Morsi, instó a los egipcios a que creen “comités populares” para defender al país contra lo que denominan “terrorismo” de los Hermanos Musulmanes.
Pero la crisis parece traspasar las fronteras. Egipto y Turquía decidieron ayer llamar a consultas a sus respectivos embajadores. Las autoridades de El Cairo también cancelaron las maniobras militares marítimas conjuntas que tenían previstas con Ankara en octubre, por lo que consideró “la injerencia flagrante” de Turquía en los asuntos egipcios.
La situación en Egipto causa preocupación en la comunidad internacional. El Presidente francés, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel, pidieron ayer “una concertación urgente a nivel europeo” sobre la crisis egipcia. Los representantes de los 28 Estados miembros de la UE se reunirán el lunes, en Bruselas. “La responsabilidad por esta tragedia recae con fuerza sobre el gobierno interino, así como sobre la más amplia dirigencia política en el país”, dijo la responsable de Política Exterior europea, Catherine Ashton. En tanto, el rey Abdalá de Arabia Saudita proclamó su apoyo a las autoridades egipcias “contra el terrorismo” y advirtió del peligro de “injerencias” en los asuntos internos de El Cairo.