Fernando Castillo Velasco (91) cuenta que en 1957, el entonces rector de Universidad Técnica del Estado (actual Usach), Santiago Labarca, estuvo a punto de impedir la construcción del loteo ubicado en el área posterior al plantel. Tenía planes de expandir a futuro la universidad y no un conjunto habitacional. Pero el arquitecto, que era impulsor y creador de la obra, logró convencerlo y echar a andar el proyecto. Hoy, la Villa Portales, símbolo de la clase media trabajadora de los 60, está a punto de cumplir 50 años y comienza a restaurar la deteriorada imagen que ha lucido en los últimos años.
En 1957 comenzaron los trabajos que serían la solución habitacional de más de 1.600 familias de la Caja de Empleados Particulares.
La villa representó una obra arquitectónica moderna para la época y es una de las más destacadas de Castillo Velasco, también autor de las Torres de Tajamar y el Casino de Arica. Con 19 blocks de departamentos en 31 hectáreas, este conjunto fue construido con la intención de "interpretar la ampliación de la ciudad de una manera muy subjetiva".
El arquitecto quería que el límite de la ciudad fuera la Cordillera de los Andes y emplazó los blocks más altos de siete pisos, para proyectar la vista hacia las montañas. También dividió la villa en cuadras, por su forma tradicional de orden y para que los vecinos calcularan las distancias.
Como el lugar estaba lleno de árboles (encinas y álamos, entre otros), los quiso aprovechar y construir los edificios a su misma altura. Por ejemplo, las casas y departamentos de cinco pisos, las midió respecto de los árboles frutales que eran más bajos. No así los de siete pisos.
Equipo de barrio
Con los años, la villa comenzó a deteriorarse: espacios públicos en ruinas, oscuros y llenos de rayados; áreas verdes secas en verano. Además, muchos vecinos cercaron espacios comunes como antejardines.
Hace dos años el municipio de Estación Central integró en su plano regulador una serie de propuestas de mejoramientos viales y de las plazuelas interiores. Los vecinos los rechazaron. Pero las autoridades insistieron y el Ministerio de Vivienda incluyó la unidad en su programa de recuperación Quiero Mi Barrio.
El equipo, conformado por cuatro profesionales (dos arquitectos, un antropólogo y un asistente social), comenzó a trabajar en el sector 4, el área más grande y donde encontraron mayor voluntad de los residentes.
El 2 de abril de 2009 se firmó el contrato de barrio entre la municipalidad, el Minvu y el Consejo Vecinal de Desarrollo (CVD) y partieron las obras. Ahora la villa comienza a mostrar un rostro renovado: hace menos de un mes se entregó una de las 14 plazas renovadas y la más grande y visible de la villa, llamada El Peumo, lleva un 40% de avance.
También se construyeron 9.180 metros cuadrados de nuevas veredas, se intervino el mobiliario urbano, se mejoró la iluminación peatonal y se plantaron nuevos árboles, con una inversión de $ 759 millones.
En marzo comenzarán las obras de dos multicanchas (una asfáltica y otra sintética), juegos infantiles y mesa de pimpón. En total, se han realizado cuatro obras, lo que equivale a una inversión de $ 1.167 millones de los $ 5.000 millones destinados para la villa.