ristóbal Schaerer (18) estudia Ingeniería Comercial, y hasta mayo de este año esperaba más de 15 minutos que pasará la micro para ir a clases. Pero se cansó. Se compró una waky wheel. Hoy, demora 15 minutos en llegar a la universidad. Eso gracias al sistema eléctrico de una rueda con patines del waky wheel, que le permite desplazarse a 15 kilómetros por hora y recorrer 25 kilómetros al día.
Los amigos de Cristóbal le preguntan si pueden usarla, les llama la atención. Para él, cuenta, es una gran ventaja. "Es bien portable, la llevo en la mano y la apoyo en la pared cuando estoy en clases. Ha sido ahorro en plata, porque evito cargar la bip! Resulta súper útil y facilita muchas cosas, reduce el tiempo de los viajes, es más rápido que caminar y se combina con el Metro o la micro", dice. Las restricciones son los días con lluvia, ya que con el piso resbaloso no funciona bien.
La waky wheel llegó en marzo a Chile, como una alternativa a la congestión vehicular y para cuidar el medioambiente, indica Hernán Berwart, representante de la empresa. El equipo busca compatibilizar la vida saludable. "Es un producto que no contamina, es ecológico, es silencioso, es eléctrico, el consumo es bajo, no requiere mucha más energía y es entretenido", cuenta.
Los precios van desde 499 mil pesos las de aro 14 y 750 mil pesos las de aro 16. La primera soporta hasta 80 kilos, mientras que la segunda resiste 120 kilos. Ambas se cargan en un enchufe convencional y demoran una hora y media en completar la carga.
Esa diferencia en tamaño, además, determina su autonomía: la de aro 14 permite recorrer 15 kilómetros al día y la de aro 16 alcanza hasta 25 kilómetros.
Está diseñada con los mismos principios de la bicicleta, dice Berwart. "Posee un sistema giroscópico, que permite el autobalance, lo que suple la rueda que te falta. De esa forma, la máquina mide el peso del cuerpo, lo que impide que la persona se desbalancee", aclara.
Se puede usar en la vereda y no molesta a los peatones. Sólo requiere un poco de destreza física en las piernas para guiarla.
Una de las principales ventajas a otros sistemas de transporte urbano es su tamaño, que permite cargarla como si fuera un bolso, gracias a que sus pedales son pleglables. La de aro 14 pesa nueve kilos y la de 16, 12 kilos.
A su vez, es una buena opción para economizar bencina. Hernán Berwart cuenta que la utiliza para ir a reuniones y la combina con taxi, Metro y Transantiago. "Otras veces me acerco a un lugar en auto y después tomo el equipo y llego al lugar de destino", dice. Como no requiere usar las manos para maniobrarla es mucho más libre, y la persona puede hablar por teléfono.
Pese a las ventajas, sólo 40 personas han comprado el equipo. En Chile, reconoce Berwart, no se ha producido aún el entusiasmo que tiene, por ejemplo, en países europeos, donde tienen más incentivos para el uso de medios personales de transporte. "En Europa y EE.UU. son un éxito", asegura.
La barrera para su uso acá, dice, es que existe la idea de que se necesita ser malabarista. "Pero eso no es efectivo, ya que el equipo provee un sistema de balance en que la persona se sube y controla la dirección de la máquina con la dirección del cuerpo, es una mezcla entre bicicleta y esquí".