Andrés Wood inauguró la tendencia. En 2005, su cinta Machuca fue nominada a Mejor Película Iberoamericana en los Premios Goya, dando paso a siete años continuados de figuración local: filmes como Dawson, isla 10, de Miguel Littin, y La vida de los peces, de Matías Bize, han competido en la cita más importante del cine español.

Tras ganar en 2009 con La buena vida, Wood volvió a aparecer en la lista de los Goya, esta vez con Violeta se fue a los cielos, cinta que el 19 de febrero compite a Mejor Película Iberoamericana con la cubana Boleto al paraíso, de Gerardo Chijona; Miss Bala, del mexicano Gerardo Naranjo, y la argentina Un cuento chino, de Sebastián Borensztein.

La nominación se suma a la campaña de difusión del filme en el extranjero. Entre el 19 y 29 de febrero, Violeta compite en el Festival de Sundance, para luego exhibirse en Brasil, Francia y Alemania. Y antes del domingo se sabrá si sigue en carrera para postular al Oscar a Mejor Película Extranjera.

"Es una película maravillosa que rescata el espíritu de mi madre. Para Andrés (Wood) y para mí, el mayor premio fue toda la gente que en Chile vio la película", dice Angel Parra, autor del libro homónimo que inspiró el filme.