El PGA Championship cierra el año de majors. El torneo que se juega desde hoy en el estado de Nueva York tendrá un ingrediente especial: Tiger Woods se convirtió en el principal candidato, y si las miradas se ponen a buscar quién puede amargar su fin de semana, todas recaen en Phil Mickelson. La rivalidad entre ambos es conocida y el hecho de que lleguen como número uno y dos del mundo y con grandes resultados recientes aviva la expectación sobre el certamen.

Woods no ha llegado en mejor forma a un major desde que comenzó la búsqueda de dejar atrás la mala racha, que ya se arrastra por cinco años sin conseguir uno de los "grandes".

"Tiger es un factor de peso, no importa como esté", dice Adam Scott, el australiano que ganó el Masters este año y que juega con el ex caddie de Woods, Steve Williams. "El se siente bien con su juego ahora, pero yo sólo estoy preocupado por hacer lo mejor en este torneo", complementa el oceánico.

El propio Mickelson, sobre el momento de Woods, dice que "tenerlo de regreso, jugando bien y ganando como lo ha estado haciendo este año, es bueno para el golf".

Woods se lleva el primer lugar en el favoritismo, porque este año ya ha ganado cinco torneos y el reciente domingo dio una muestra de esa hegemonía, que parece olvidada, al ganar el Bridgestone Invitational, del World Golf Championship, con siete golpes de ventaja sobre los segundos.

A "Lefty" Mickelson, en tanto, lo avala el "doblete" histórico conseguido hace algunas semanas, al quedarse con el prestigioso Abierto de Escocia y el Abierto Británico, el tercer major del año, en semanas consecutivas. La última ronda del número dos del escalafón en el campo de Muirfield fue una muestra de lo que puede hacer en cualquier cancha.

Nada le importó que nunca antes hubiera ganado un torneo en Europa ni que nadie antes consiguiera esos dos trofeos el mismo año.

Mickelson está varios pasos detrás de Woods en la lucha por ser el mejor golfista estadounidense del último tiempo, pero al menos comparte, si es que no lo derrota, en la simpatía del público de su país.

Esa ha sido su lucha. Pocas veces se han medido palo a palo en un torneo. Sí pasó en el Masters de Augusta 2010 (que ganó "Lefty"), pero ese día ninguno ocupaba las posiciones actuales en el ranking y Woods venía saliendo de su traumático proceso de divorcio.

También es cierto que los dos golfistas que más dinero han ganado en sus carreras (Tiger Woods, 108 millones de dólares y Phil Mickelson, 72) podrían finalmente mirar cómo otros nombres se llevan la gloria.

Esperando estarán Scott o el inglés Justin Rose, ganador del US Open. A los menos votados se les suma nada menos que el campeón defensor, el norirlandés Rory McIlroy, que cayó hace rato en un pozo en su juego.