"El humor chileno se está pareciendo cada vez más al sarcasmo inglés. ¿Si eso significa que está más inteligente? No tanto. Sólo más sarcástico", dice Andrés Mendiburo, doctor en Sicología en la U. del País Vasco y docente de la Facultad de Sicología de la UDP, sobre nosotros. O más bien, sobre nuestro sentido del humor.
"Se está pareciendo...", dice Mendiburo. O sea, cambiamos. Ahora, ¿en qué? En el contexto: somos un país más desarrollado y estamos siendo más educados. También somos más individualistas y como necesitamos menos del otro, nuestro humor es menos integrador y algo más agresivo. Y sentimos cada vez menos distancia con el poder.
Todas dimensiones culturales que se utilizan para analizar el humor y que desarrolló el profesor holandés Gert Jan Hofstede. Mendiburo tomó estas dimensiones -individualismo versus colectivismo, masculinidad de una sociedad y distancia con el poder- y las cruzó con los cuatro estilos de humor de Rod Martin, profesor de Sicología de la Universidad del Oeste de Ontario, en Canadá (ver recuadro), para analizar el humor chileno y compararlo con otros 13 países. El resultado es el estudio "Humor y Cultura, Correlaciones entre estilos de humor y dimensiones culturales".
Y tiene razón: estamos cada vez más cerca de los ingleses. Por lo menos en cuanto a los puntos que otorga el estudio a cada dimensión cultural. Pero no tanto como nos gustaría. Hagamos memoria. Por más gracioso que nos haya parecido el video de la Reina Isabel II lanzándose en paracaídas junto a James Bond (interpretado por Daniel Craig) en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, varios se hicieron la misma pregunta: ¿cómo ella se presta para esto?
"Ellos pueden hacerlo porque son capaces de reírse de eso. De alguna manera, 'pierdes el respeto' mientras te ríes y después todo sigue como siempre. Es sólo un momento lúdico, nada más. No tiene la función social de reírse de la autoridad para callado, sino sólo una función lúdica. Todos se rieron de eso. No hubo víctimas ni heridos. Fue humor nomás. Y eso es propio de un país que siente poca distancia del poder", explica Mendiburo.
¿Cómo lo hacemos nosotros?
Distancia del poder
El presidente se dirige al país: "Ciudadanos, les tengo una noticia buena y otra mala".
-¿Cuál es la buena?
-Que pagué la deuda externa.
-¿Y la mala?
-Que tenemos 48 horas para abandonar el país.
Ese es un chiste blanco. Bien blanco, la verdad. Pero representa el nivel más blando de cómo estamos haciendo humor con el poder. Es cosa de recordar recientes versiones del Festival de Viña del Mar o programas de televisión para darse cuenta de que estamos bastante más osados y directos para hacer chistes de las autoridades. "El humor es una manera de acercarse al poder. De perderle el respeto. Al haber menor distancia hay menos miedo y, al haber menos miedo, podemos usar un humor más agresivo", dice Mendiburo.
Es cosa de seguir rebobinando la memoria. La aparición de programas como Caiga quien caiga era impensada hace 25 años. Su aparición, entonces, es una muestra de que nuestro humor hacia la autoridad se puso más agresivo, pero también más directo, a la cara. Pero ojo: no es que nos hayamos pasado para el otro lado. "Chile es un país que mantiene una cierta cosa como de lejanía con los grupos dominantes. Más que respeto, es como un miedo solapado", dice el especialista.
Según el estudio, los países que menor distancia con el poder muestran son Estados Unidos y Alemania. En el otro extremo aparecen Egipto, Turquía y Venezuela. Nosotros estamos a mitad de camino.
Individualismo
Por fin tengo mi pulsera de "Stop Bullying"… se la quité al guatón de mier.. de mi oficina…
El humor tipo bullying está de moda. Con bastante ironía y sarcasmo. Y tiene que ver con el cambio: pasamos de ser un país muy colectivista a uno más individualista. ¿La diferencia? "Las culturas colectivistas se basan en una mutua dependencia. Ahí se ve una lealtad muy fuerte del uno y el otro porque se necesitan. En general, esa lógica quedó superada en Chile. Hoy estamos más cerca del otro extremo", comenta Mendiburo.
Para graficar esta situación, un ejemplo simple: cuando un chileno viaja a un país del Caribe llega comentando que la gente es simpática, tan afable y cercana. "Eso es debido al colectivismo. Te invita a acercarte a la gente, a mantener relaciones sociales", dice el autor del estudio. Por el contrario, cuando alguien llega de Alemania, por ejemplo, comenta que son parcos. "El individualismo anglosajón o alemán no tiene necesidad de relacionarse con las personas. No existe una dependencia con el otro, entonces no tienen que caer bien", agrega.
Los países más colectivos, entonces, hacen menos uso de ciertos estilos de humor, como el sarcasmo, la sátira o el humor agresivo. Acá, como tenemos casi asegurada nuestra estabilidad, necesitamos cada vez menos al otro y nuestras relaciones se están volviendo más nucleares.
¿Conclusión? El humor afiliativo -hacer chistes para relacionarse socialmente- y el agresivo se superponen. Cohesionamos el grupo mediante la talla, el chiste algo agresivo, el sarcasmo o la burla. "No es tan clara la diferencia de hasta qué punto estás siendo buena onda, como para acercar a la gente, y hasta qué punto estás siendo burlesco, satírico o agresivo".
Masculinidad
-¿Por qué la novia se casa vestida de blanco?
- Porque es el día más feliz de su vida.
-¿Y por qué el novio se casa vestido de negro?
-...
Chiste típico de asado o junta masculina. Pero que cada vez causa menos gracia. Ahí se evidencia otro cambio en el humor.
"Chile es un país que se ha feminizado y ha dejado de lado lo burdo de lo masculino. Los países mas femeninos tienden a ser más educados en términos formales (años de educación) y en términos informales (cultura)", explica Mendiburo. Eso significa que nos hemos puesto más cuidadosos con el vocabulario y que cierto estilo de humor -por ejemplo, hacia las minorías- está recibiendo cada vez más sanción social. "Esto también pasa por el humor escatológico, que tiene que ver con las funciones corporales. Ese estilo es propio de los países más masculinos, que en la sociedad chilena parece ir más o menos en retirada", agrega.
Según el estudio, en eso nos estamos pareciendo a Alemania, Finlandia, Canadá y Bélgica.
Pero, tal como en las otras dimensiones, estamos a mitad de camino aún. Como en nuestro humor.