Para un hombre que integró la mayor banda latina de los 80 (Soda Stereo), que reportó una estadía fugaz en una de las más populares de los 90 (La Ley), que acumuló millas como reemplazo de un grupo en pleno ascenso (Catupecu Machu) y que ofició de productor, DJ, conductor de programas de cable y jurado en espacios buscatalentos, mirar la vida desde un rol más secundario no es una excepción en su trayectoria: ha sido la regla.
Por eso ahora, a sus 55 años, Héctor Pedro Juan Bosio Bertolotti apuesta por invertir los papeles. Quiere de una vez mostrarse como el cerebro protagónico de un proyecto, como el encargado de dar las respuestas y justificar los nuevos pasos, más que como un miembro escolta o comparsa. Hoy, quizás por primera vez en su carrera, compone un conjunto donde él asoma como rostro principal, mientras que los nombres más anónimos son los otros.
"Sí, era la idea tener finalmente mi proyecto. Después de dar un montón de vueltas, jamás había asumido este compromiso, con esta forma", argumenta el bajista, como un modo de contextualizar Shoot the Radio, la agrupación que presentó hace algunas semanas y donde lo secundan Fernando Montemurro como único miembro estable, uno de los músicos electrónicos más activos de la escena argentina y líder de Los Sueños de Anderson.
El resto del elenco, al menos para esta etapa, lo completan Javier Weyler, reputado baterista bonaerense que pasó por el grupo inglés Stereophonics; y el guitarrista Pablo Telzen, quien aquí también ejerce de cantante. Con ellos, Shoot the Radio estrenó su primer sencillo, Hypervelocity, una pieza bailable de beats robustos que alternan con una línea de guitarra y un entramado de sintetizadores de sonido cristalino, casi como si Daft Punk o Hot Chip le pusieran luces, pista y neón al rock progresivo de los 70.
"Con Fernando nos conocemos hace 12 años, cuando yo tenía el sello Alerta Discos y él se convirtió en uno de los primeros que produje. Y ya nos reencontramos el año pasado, cuando una noche nos pusimos a escuchar música y nos entusiasmamos con hacer algo más", resume Bosio. Su compañero agrega: "Los dos estábamos volviendo a escuchar los vinilos de Alan Parsons, Yes y Emerson, Lake & Palmer, por lo que planeamos llevarlo a algo más moderno, hacer un híbrido entre rock y electrónica. Es una comunión, aprovechando además todo el bagaje de Zeta".
Dentro de los planes inmediatos, la dupla -que tomó su nombre de una escena del filme Thelma y Louise- alista nuevos singles y una puesta en escena que ilustre su sonido, con luces, pantallas y recursos audiovisuales, en los que ellos prefieren sintetizar como "una experiencia sensorial".
Pese a la pretensión de futuro que encarna la iniciativa, su cuna está en uno de los capítulos más estelares del pasado inmediato del ex Soda Stereo. Luego de poner fin en abril del año pasado a su fugaz paso por La Ley, donde apenas tocó en tres shows (incluyendo el Festival de Viña), el músico quedó sin agenda laboral, por lo que encontró una oportunidad inmediata en la idea de crear Shoot the Radio.
Su salida de La Ley fue repentina y luego que todos transmitieran la intención de que el fichaje era más definitivo ¿Qué paso?
Fueron una serie de acontecimientos que devinieron en eso. Quizás fue una salida apresurada, un poco antes de lo que habíamos planeado, pero si tuviera que explicarlo diría que las cosas se dieron de esa forma. Justo cuando estaba trabajando con ellos, tuve la noticia del embarazo de mi pareja, por lo que, desde mi lugar de músico invitado, no podía interferir en los planes del grupo para el resto del año. Preferí dedicarme a vivir mi situación familiar a fondo y no estar en algo donde yo no pudiese tomar decisiones con respecto a mi vida privada. Ellos han hecho un trabajo bárbaro, no estoy para nada arrepentido de haber tocado ahí, pero lamentablemente no se dieron las cosas.
Junto con su escala de apenas unos meses en el grupo chileno, el músico enfrentó en 2014 otro adiós, mucho más histórico y desgarrador: la muerte en septiembre de Gustavo Cerati.
"Fue un balde de agua fría", define. Después profundiza: "Todos estábamos empujando mucho la rueda de la esperanza, la posibilidad de que la fe pudiese ubicar la balanza hacia el lado que todos deseábamos. Era nuestra forma de apoyo, aparte de ayudar a Lilian (madre de Cerati) y su familia, por el trabajo que estaban haciendo de ir a la clínica todos los días".
¿Siguen en contacto?
Sí, nos conocemos hace muchísimos años, muchos antes del éxito de Soda. Soy parte de la familia de Gustavo, hemos compartido muchos momentos íntimos, y ahora esta desgracia nos unió al final. Después de todo lo que pasó, a uno le cayó la ficha en el momento de su desaparición de que muchas cosas ya no serían posibles, como volver a tocar juntos. A partir de ahí uno empieza a elaborar planes para otro lado.
Hubo una opción de compartir una gira europea con él. ¿Cómo fue esa tentativa?
Era una posibilidad que se estaba barajando con el productor de los conciertos de Gustavo allá. Yo también estaba buscando presentarme en Europa y la idea era sumar las dos cosas, yo animando sus after shows como DJ. Pero todo quedó ahí, estábamos un poco lejos del tiempo del tour, todo se estaba recién armando. Yo soñaba con esa posibilidad, hubiera sido algo muy lindo.
El sueño de ver a Bosio y Cerati trabajando juntos en su vida post Soda Stereo no fue posible, pero, en el último tiempo, han existido acercamientos para que el bajista pueda fraguar alguna iniciativa con el tercer vértice del conjunto, Charly Alberti. "Me preguntaron hace un tiempo por qué no hemos hecho un tributo a Gus y yo respondí que no, de ninguna manera, que en algún momento estaría bueno, pero aún es muy pronto. Con Charly aún sentimos mucho su ausencia, como cuando nos juntamos a tomar decisiones en torno a aspectos del negocio de la banda: ahí su voz y su presencia son una gran ausencia", asegura.
Quizás como una forma de llenar esa vacante, el bajista alista para fin de año su autobiografía, en la que viene trabajando desde 2011 y que hoy está en etapa de correcciones. Una misión que, sobre todo a la luz del desenlace del líder del trío, para Bosio se ha convertido en una empresa que corta el aliento: "Es un trabajo muy intenso, a veces quedo agotado, pero estoy trabajando a full para que esté lista".