Primero fue el retorcido reto de la "Ballena Azul", una cadena de 50 desafíos que acababa en suicidio y luego el resurgimiento de "Momo Challenge", un personaje virtual que alentaba a los jóvenes a lastimarse o incluso atentar contra su vida. Ahora un nuevo caso de muerte relacionado con redes sociales ha encendido las alarmas, por los efectos negativos y el mal uso de las plataformas digitales respecto de la salud mental de los adolescentes.

Fue en Malasia, donde una joven de 16 años se suicidó luego de publicar una encuesta en su cuenta de Instagram, en la que preguntó a sus seguidores si debía morir o no. Un 69% de quienes participaron en la consulta votaron a favor de su fallecimiento. "Realmente importante, ayúdenme a elegir M/V (muerte o vida)", es la traducción en español de la consulta realizada por la menor, cuya identidad permanece bajo resguardo policial y a partir de la cual la justicia intenta esclarecer responsabilidades del fallecimiento.

De acuerdo con el diario británico The Guardian, el suicidio de la joven llevó a un parlamentario a sugerir que quienes participaron del sondeo debían ser imputados por alentar la muerte de una persona. Ramkarpal Singh, abogado y diputado en el estado noroccidental de Penang, pidió a las autoridades locales que se pericien las cuentas de las redes sociales y perfiles de seguidores de la joven, para determinar las circunstancias que llevaron a su muerte.

"¿La niña todavía estaría viva hoy si la mayoría de los cibernautas en su cuenta de Instagram la desanimaran a quitarse la vida? ¿Habría escuchado los consejos de los internautas para buscar ayuda profesional si lo hubieran hecho? "¿El aliento de esos cibernautas influyó realmente en su decisión de quitarse la vida? Dado que el intento de suicidio es una ofensa en este país, se deduce que incitar al intento de suicidio también puede ser ", se preguntó Singh, citado por el periódico londinense.

Frente a este caso, el activista y ministro de Deporte y la Juventud de Malasia, Syed Saddiq, apuntó a los medios por la tragedia y señaló que esto debe obligar a entablar todo tipo de discusiones y debates necesarios sobre la salud mental de los menores en ese país y su relación con las redes sociales. "Es un asunto nacional que debe tomarse en serio", señaló.

La respuesta desde las redes

Luego de una serie de acusaciones que apuntan a su responsabilidad en los suicidios de varios jóvenes a nivel global, en enero pasado Instagram y Facebook agregaron funciones para prevenir este tipo de casos. Las nuevas opciones, a través de políticas de seguridad, se encargan de reportar contenido sensible e informar sobre un posible estado de peligro de sus autores.

La nueva característica que intenta prevenir suicidios, funciona también como un sistema de alerta ante "cualquier problema que pueda resultar en un daño físico o mental de los usuarios y autores de las publicaciones". De esta forma, por ejemplo, cuando desde una cuenta en redes sociales se busca un hashtag relacionado con una autolesión, debiese aparecer una aviso con opciones de ayuda llamada "pantalla de sensibilidad".

Lo anterior comenzó luego de denuncias realizadas en Reino Unido por los padres de Molly Russell, una adolescente británica de 14 años se mató tras ver imágenes relacionadas con el suicidio en Instagram. "No tengo ninguna duda de que Instagram ayudó a matar a mi hija", dijo en ese entonces Ian Russell, padre de la menor.

"Lo que antes entendíamos como vínculo o contacto (verse, tocarse, mirarse), hoy se refleja a través de un like, carita feliz o simplemente pasar desapercibido. Este hecho se condice con los fuertes problemas para vincularse que presentan los jóvenes, la decadencia del concepto tradicional de familia y la fuerte soledad y abandono a los cuales se ven expuestos", dijo a La Tercera PM la psicóloga chilena Loreto Bórquez, especialista en psicoanálisis. "Las redes sociales les entregan un lugar a los adolescente, los visibiliza, genera pertenencia y a través de ellas se juega la aceptación o el abandono", agregó.