De K-pop se ha hablado mucho. De cómo por fin el año pasado, la fórmula del pop coreano tocó las puertas de América una vez más, pero ahora para quedarse definitivamente. También de cómo el recibimiento del género tenía que ver con la globalización, redes sociales y hasta con los niveles de depresión adolescente en algunos países (Chile), donde jóvenes encontraban felicidad en la energía y alegría propia del K-pop.

Lo cierto es que, si hay un fenómeno que explica este éxito y destaca a nivel internacional, es BTS. Bangtan Sonyeondan, grupo de K-pop compuesto por los siete miembros Jin, Suga, J-Hope, RM, V, Jimin y Jungkook, hizo algo arriesgado en su debut en 2013: mencionar problemas sociales en sus canciones.

Ese fue el comienzo de algo que terminó en un fenómeno mundial. ¿Por qué? Los fans no solo fueron atraídos por sus impresionantes coreografías y sus canciones pegajosas. Esta vez el K-pop podía suplir una falta de representación en los jóvenes, con alguien que sutilmente les diera una voz y un mensaje reconfortante. Desde temas como la presión social y el sistema educativo en sus primeros álbumes, hasta el amor propio y la aceptación, en su último trabajo Love Yourself: Her, lanzado el año pasado.

Así fue cómo BTS escaló al nivel de instalarse en los rankings estadounidenses, llegando a presentarse en vivo en los Billboard Music Awards, ganando premios y arrasando en los números de ventas físicas, digitales y por streaming.

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En la entrevista hecha por la revista Billboard, el grupo acepta esa responsabilidad inconsciente de ser, en estricto rigor, un factor de cambio para la nueva generación. "¿Si nosotros no hablamos de estos problemas, quién lo hará? ¿Nuestros padres? Entonces, ¿no depende de nosotros? Esa es la clase de conversaciones que tenemos en la banda. ¿Quién conoce mejor y puede hablar sobre las dificultades que nuestra generación enfrenta? Somos nosotros" comentó Suga, rapero, productor y compositor en BTS.

La conversación abarca temas controversiales para una moderna pero muy conservadora Corea del Sur, como el sistema educativo, la homosexualidad ("No hay nada malo, todos somos iguales"), la política ("Los ciudadanos reuniéndose y alzando sus voces es algo que apoyo activamente") y hasta la depresión, mencionando el trágico caso de su compañero en la industria Kim Jong-Hyung, del grupo SHINee, quién se suicidó el pasado 18 de diciembre de 2017. "Espero que podamos crear un ambiente donde sí podamos pedir ayuda", declaró Suga.

Sin ser del todo explícitos, BTS hace una declaración de principios que marca una diferencia y que representa a los jóvenes de una manera mucho más integral que solo la admiración por su música y sus bailes. Son artistas a favor de la igualdad y conscientes de la injusticia social, que hablan en voz alta sobre salud mental y quiebran los esquemas. Una acción pionera en la industria del K-pop que sin duda cambia las reglas del juego, desde Seúl hacia el resto del mundo.