Mientras más avanza el mundo de las consolas, los jugadores nos volvemos más exigentes y el precio de la exigencia se traduce en juegos cada vez más grandes. Sin ir más lejos, Red Dead Redemption 2 significa una instalación que supera los 100 GB de espacio, que para algunos casos que aun conservan las consolas originales, es el 20% de todo el espacio (un poco más si pensamos que no todos los 500 GB son utilizables).

Las opciones para arreglar estas son tres: la más barata también suele ser la más dolorosa, que es ir borrando de vez en cuando nuestro contenido de la consola, lo que con los años se va haciendo más complejo porque mientras suben los tamaños, menos juegos tenemos disponibles.

La segunda es la más cara: renovar la consola por completo, considerando que ya vienen con más espacio.

Pero lo que la mayoría tiende a hacer es la solución más sabia: adquirir más almacenamiento. Y para esto hay dos rutas: Cambiar el disco de la consola o bien, comprar un disco externo.

La primera alternativa suele ser la más barata, pero también la más compleja: hay que abrir el equipo, traspasar todos los datos, reconectar el disco y esperar que funcione. Con un buen tutorial de internet no debería haber problemas, pero sabemos que no a todos les gusta meter mano.
Así que la alternativa del disco externo es para muchos, incluyéndome, la más fácil de hacer, aunque siempre me habían lanzado varios reparos: que es más lento, que tiene ruido, que a la larga terminará fallando. Pero decidimos hacer la prueba y gracias a Western Digital, llegó un nuevo disco My Passport para probar esta técnica.
El disco es un producto tradicional de la compañía, en el sentido que puede ser usado como una solución de almacenamiento para cualquier tipo de necesidad. 
Pero según la compañía, el último modelo está pensado para funcionar perfectamente con la consola. Así que llegamos a hacerlo.
Hacer que funcione es tan simple como conectar el USB a uno de los puertos disponibles. Ojo, que eso significa que uno de ellos quedará permanentemente ocupado por el disco. Una vez conectado, la consola lo detecta inmediatamente y realiza el formateo necesario.
En menos de un minuto, el disco ya está listo y listo para recibir tus descargas.
Y luego, sigue funcionando perfectamente, tan bien que a veces te olvidas que está ahí. Las instalaciones y descargas son prácticamente igual de veloces que siempre y las velocidades de carga de los juego apenas perciben la diferencia.

Curiosamente, la tecnología de este disco, por mucho que se conecte vía USB 3.0, es bastante buena en comparación con los discos originales usados por PlayStation, que se sabe que son de los componentes donde la compañía ahorró más al construir el equipo.

Ojo: en el caso de la PS4, la consola acepta solo un disco como extensión para instalar juegos, todas las unidades que se usen después son para almacenar fotos o videos. Pero considerando que este modelo viene con 4 TB de memoria, no creo que sea necesario recurrir a más espacio. Aunque claro, lo mismo dije una generaciíon atrás.
No hay mucho más que agregar en esta revisión, ya que considerando que se trata de un upgrade, esta fórmula funciona bastante bien.
Y si, puede que en rendimiento y sobre todo en precio, la opción de cambiar el disco interno sea superior, pero al menos en esta pasada, el costo de la comodidad para mi es bastante justo.