Este martes en la noche, el presidente de Bolivia, Luis Arce, cambió sorpresivamente al alto mando militar tras menos de dos meses de la designación anterior. Al nombrar al nuevo comandante en jefe, el mandatario boliviano realizó un llamado a colaborar en el esclarecimiento de la muerte de 18 personas, producidas durante las protestas de noviembre de 2019.

“Hemos escuchado los pedidos de la población para que se haga justicia (por las muertes), y en esa línea encomendamos al nuevo mando reconstruir la confianza mutua entre las fuerzas armadas y el pueblo boliviano”, señaló Arce, al momento de juramentar al general de la Fuerza Aérea, Moisés Vallejo, como nuevo comandante en jefe. El general saliente, Jaime Alberto Zabala, había sido designado recién el 16 de noviembre de este año.

Arce, heredero político de Evo Morales, ganó las elecciones en octubre de este año y asumió el 8 de noviembre.

Los comandantes de todas las ramas, -Ejército, Fuerza Aérea y Armada-, fueron cambiados.

Vallejo, quien era comandante de la Fuerza Aérea, expresó que el nuevo mando “garantiza el esclarecimiento” de los 18 manifestantes fallecidos, quienes eran partidarios del entonces presidente Evo Morales, en las llamadas masacres de Senkata y Sacaba, cuyo nombre hace alusión al lugar en que ocurrieron.

Estos hechos tuvieron lugar tras las elecciones de octubre de 2019, las que además fueron denunciadas como “fraudulentas” por la Organización de Estados Americanos (OEA). Lo anterior derivó en un estallido social que cobró la vida de 36 personas y precipitó la renuncia de Morales, quien buscaba un continuar en un cuarto mandato. La presidenta interina de ese entonces, Jeanine Añez, ordenó el control del orden público a las fuerzas armadas y a la policía local.

Expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) continúan investigando los hechos relacionados con los 36 manifestantes fallecidos.

Hasta el momento, el único investigado por los hechos es un exjefe militar, quien fue detenido el 26 de noviembre pasado. Al respecto, los jefes de las distintas ramas afirmaron que los mandos militares “no actúan en forma arbitraria”.