“De acuerdo a nuestros números, hemos ganado la elección presidencial con más del 85% de los votos”.

Con esas palabras Nayib Bukele se declaraba ganador de las elecciones presidenciales de El Salvador anoche, antes de que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) rectificara los sufragios. Y es que su ventaja era tan grande que ni siquiera esperó los resultados: con el 31.49 % de las actas procesadas en las primeras horas, tenía a su favor casi 1,3 millones de votos en la contienda, muy por delante del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) con 110.244 sufragios.

Horas después, y con un 70% de las actas escrutadas, el TSE confirmó este lunes que el candidato del partido Nuevas Ideas (NI) cuenta -hasta el momento- con un ya irreversible apoyo de más de 1.6 millones de votos.

Mucho más atrás le sigue Manuel Flores, aspirante del FLMN, con 139.000 sufragios. En tercer lugar está la carta de la Alianza Republicana Nacionalista (Arena), Joel Sánchez, con 122,926 preferencias.

Así las cosas, Bukele se mantendrá en el poder por otros cinco años y se convertirá en el primer Mandatario en gobernar el país centroamericano por un segundo mandato consecutivo desde que en 1983 se promulgó la actual Constitución, que prohíbe la reelección inmediata. Esto fue posible gracias a un dictamen del 2021 de la Corte Suprema de El Salvador, que lo habilitó para postularse nuevamente.

El militante de Nuevas Ideas ha prometido que el régimen de excepción seguirá hasta que capturen al último pandillero y su vicepresidente, Félix Ulloa, dijo a Reuters que mantendrá al bitcóin como moneda de curso legal a pesar de la poca aceptación y que el bukelismo es un proyecto de décadas.