Tras el giro a la izquierda que dio España el martes tras la investidura de Pedro Sánchez, que formó el primer gobierno de coalición en democracia integrado por el Partido Socialista Español (PSOE) y Unidas Podemos (UP), varias son las interrogantes que surgen por el pacto, especialmente dado el estrecho respaldo de los diputados -dos votos- que permitió el desbloqueo político.

Desde el inicio Pedro Sánchez deberá "pagar la factura" de su investidura al cumplir los acuerdos con Podemos y con los partidos independentistas Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Bildu. A pesar de los consensos, la coalición deberá "convencer" a otros 21 parlamentarios que representan "votos clave" para que los proyectos logren el respaldo en la Cámara.

Mientras, el Partido Popular (PP) no solo intentará "aglutinar" a la derecha, sino también a los socialistas "que no comparten la hija de ruta" de Pedro Sánchez.

Después de dos investiduras fallidas y cuatro votaciones con resultado negativo, la quinta fue la definitiva que dio el pase al líder socialista a La Moncloa. Sin embargo, si hace unos meses atrás era impensable una coalición con UP, las críticas ahondaron más entre la derecha (Partido Popular (PP), Vox y Ciudadanos (Cs), que juntos suman 155 escaños) cuando fueron los partidos independentistas Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Bildu quienes se abstuvieron para permitir la coalición española, que no tiene mayoría absoluta en el Congreso.

Presupuestos

El principal reto que deberá sobrellevar el gobierno será sacar adelante la Ley de Presupuestos Generales del Estado, tras el rechazo del proyecto el año pasado que llevó la disolución de las Cortes y el adelanto electoral. Según el diario El País, el veto al presupuesto 2020 "es la primera amenaza seria para la continuidad del gobierno de coalición".

Así, la coalición de izquierda necesitará más "sies que noes" para aprobar el presupuesto que es clave para garantizar la estabilidad en España. Los 13 votos independentistas que se abstuvieron en la investidura no implican que los diputados votarán a favor del proyecto de presupuestos que realizará el Ministerio de Hacienda español y ante la oposición de la derecha esto implica una "inestabilidad" latente para el gobierno.

Reforma laboral

En segundo lugar, aparece la petición de cambios "sustanciales" en la reforma laboral de 2012 aprobada bajo el mandato de Mariano Rajoy. El líder de UP, Pablo Iglesias, exigió la derogación parcial de este ítem, que también incluye un aumento en el salario mínimo que quedaría por sobre los US$ 1.100.

Para esto, el gobierno solo necesita una mayoría absoluta para sacar adelante "una de las medidas estrella de la legislatura", pero que deberá primero enfrentar el reto de las negociaciones con "los sindicatos y empresarios".

Entre las modificaciones estarían: elaborar un nuevo Estatuto de los Trabajadores, prohibir por ley la posibilidad de despido por absentismo laboral causado por bajas por enfermedad, entre otros.

Crisis catalana

Finalmente, la crisis catalana es una "urgencia" para mantener la tranquilidad en La Moncloa. La abstención de los independentistas se debió a la petición de instalar una mesa de negociación y diálogo con la comunidad autónoma. Así hoy Sánchez y el presidente de la Generalitat, Quim Torra, hablarán por teléfono para establecer los primeros lineamientos.

Según el diario El País, el líder socialista pretende finalizar la crisis catalana con una reforma del Estatuto catalán que mejore el autogobierno de esa comunidad autónoma. Sin embargo, el PP ya oficializó que de concretarse este movimiento recurrirán ante el Tribunal Constitucional. Mientras en el otro extremo, el ERC busca conseguir a través de las conversaciones la autorización necesaria para un referéndum de autodeterminación en Cataluña.