"Lula es inocente", rezaba el cartel que levantó Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), apenas abandonó este viernes la sede de la Policía Federal en Curitiba, donde se encontraba preso desde abril de 2018. "Ustedes fueron el alimento de la democracia que yo precisaba para resistir", dijo el expresidente brasileño a cientos de emocionados seguidores que se reunieron desde temprano para abrazarlo.

"Quiero que todos sepan que (el exjuez Sergio) Moro no encarceló a un hombre. Quisieron encarcelar una idea y las ideas no se encierran, no se matan", agregó.

Con cánticos, cortes de tránsito y vallas en las calles, el movimiento Lula Libre, en Curitiba, se preparó con gran anticipación para recibir al exmandatario tras la liberación ordenada por el juez Danilo Pereira. La presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffman, aseguró que Lula estaba tranquilo y habló sobre sus planes tras salir de la cárcel. "Visitará la Vigilia Lula Libre e irá a Sao Paulo, donde se reunirá con amigos y la militancia en el Sindicato de Trabajadores Metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo", señaló.

Fue precisamente en ese lugar, en las afueras de Sao Paulo, donde Lula comenzó su carrera como líder sindical, que lo llevó a la cárcel por primera vez durante la dictadura militar en 1980. Sin un mandato judicial, en esa ocasión fue detenido junto a otros 12 sindicalistas y liberado 31 días después. Pero esa no sería la última vez.

Lula fue condenado en 2017 por corrupción pasiva y lavado de dinero, en causas relacionadas con OAS y Petrobras.

El anuncio de la excarcelación generó opiniones divididas en redes sociales, con algunos celebrando con el hashtag "Lula Libre Ahora" y otros criticando la decisión con el mensaje "Lula Preso Para Siempre". El líder del PT, por su parte, aplaudió la decisión judicial y subió en sus redes un video en el que se le veía ejercitando en un gimnasio, con el mensaje "Lula Libre".

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El político de 74 años estaba cumpliendo una pena de ocho años y 10 meses en el marco de la operación Lava Jato, la mayor investigación anticorrupción en Brasil. Hace cinco años estalló este caso -con ramificaciones en varios rincones de América Latina-, después de que se reveló que empresarios, políticos y miembros del directorio de Petrobras y otras empresas públicas desfalcaron las arcas del país durante casi una década.

La medida del Supremo Tribunal Federal generó alivio para algunos y preocupación para otros. "La decisión de revertir la posibilidad de arresto en segunda instancia está en contradicción con el sentimiento de repudio a la impunidad y la lucha contra corrupción, las prioridades del país", señalaron los fiscales de Lava Jato en un comunicado publicado el jueves, tras conocerse la decisión de la Corte.

"La existencia de cuatro instancias de juicio, propias de Brasil, asociadas con el número excesivo de apelaciones que superan el centenar en algunos casos penales, resulta en demoras y prescripción, lo que lleva a la impunidad", agregaron.

La reforma, aprobada el jueves por 6 votos contra 5, modifica una jurisprudencia establecida en 2016, según la cual una persona condenada en segunda instancia ya podía ingresar a la cárcel, incluso si tenía apelaciones pendientes en tribunales superiores. Sin embargo, con la nueva medida solo se podrá aplicar la pena de prisión una vez que acabe todo el proceso de apelaciones.

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El exjuez y actual ministro de Justicia, Sergio Moro, que fue el encargado del caso Lava Jato y se hizo famoso por poner a Lula tras las rejas, no se había manifestado sobre la liberación, pero ha defendido en varias ocasiones la prisión en segunda instancia. Por su parte, el Presidente, Jair Bolsonaro, alabó el trabajo de Moro, pero optó por no referirse al caso de Lula.

Tras recuperar su libertad, el expresidente podrá viajar por el país y liderar un movimiento de oposición al gobierno, una amenaza que Bolsonaro no había tenido antes. Sin embargo, el juicio de Lula no ha terminado. Si bien su sentencia ya fue confirmada en una tercera instancia, aún le queda una apelación ante la Corte, sobre la cual el Supremo Tribunal Federal aún no se ha pronunciado.