Con apenas 37 años y sin experiencia en el ámbito político, Martín Guzmán deberá lidiar con una de las inflaciones más altas del mundo, una actividad en caída libre y el desafío de renegociar una pesada deuda cuando asuma como ministro de Economía de Argentina. 

Guzmán, que se graduó en la Universidad de La Plata y tiene un doctorado en Brown University, actualmente trabaja como investigador de la Universidad de Columbia, en el equipo del ganador del Premio Nobel de Economía 2001, Joseph Stiglitz. 

Si bien Guzmán no fue designado oficialmente, una fuente con conocimiento de la situación confirmó a la agencia Reuters su nombramiento.

Su principal objeto de investigación es la reestructuración de la deuda, una de las razones que lo llevaron a ser elegido por el presidente entrante, Alberto Fernández, en un momento sumamente delicado para la economía del país vecino.

"Nadie quiere un default. Argentina necesita generar capacidad de repago (...) Si la economía argentina no sale de esta espiral recesiva no va a poder pagar la deuda más adelante", explicó Guzmán en una entrevista radial en octubre.

Un indicio de que la influencia de Guzmán ya actuó sobre Fernández es que en noviembre el mandatario electo ya había asegurado que no pedirá los 11.000 millones de dólares que restan del acuerdo stand-by que pactó el presidente saliente, Mauricio Macri, con el FMI.

Guzmán presentó en noviembre en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) una propuesta para no pagar la deuda de inversores privados por dos años, no pedir desembolsos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y negociar de buena fe con acreedores para recuperar la sustentabilidad de la deuda.

"Las cualidades técnicas para ser ministro las cumple", comentó a Reuters Luis Secco, un reconocido economista que además fue profesor universitario de Guzmán. "Fue uno de mis mejores alumnos, siempre muy orientado a la macroeconomía y al estudio del análisis de las crisis", agregó.

El joven académico pasa desde 2016 la mitad del año en la Universidad de Columbia, en Nueva York, y la otra en Buenos Aires, donde es profesor de un curso intensivo de Macroeconomía y Deuda.

"Me gusta Guzmán. Es inteligente y puedes hablar con él. Y jugará según las reglas", dijo un importante tenedor internacional de bonos que vio a Guzmán como una opción favorable para liderar la reestructuración de la deuda.

Aunque nadie duda de su capacidad, su inteligencia y su profundo conocimiento sobre las crisis y la deuda, algunos economistas y analistas políticos consultados por Reuters cuestionaron su escasa experiencia política y su reducida estadía en Argentina durante los últimos años.

En medio de una grave crisis que ha disparado el desempleo y la pobreza, Argentina tiene que negociar con inversores globales y acreedores de Wall Street la reestructuración de cerca de 100 mil millones de dólares en deuda soberana, incluyendo alrededor de 45 mil millones que el país ya recibió del Fondo Monetario Internacional (FMI) como ayuda financiera.