Un sujeto sembró el pánico este lunes en una estación de trenes en Colonia, Alemania, luego de que atacara con bombas molotov a un restaurante y luego ingresara a una farmacia para tomar como rehén a una mujer.

La policía alemana indicó que no descartaba este suceso la pista de un "atentado terrorista".

"La investigación explora todas las motivaciones. No descartamos tampoco un atentado terrorista", afirmó una responsable de la policía de Colonia, Miriam Brauns, en una conferencia de prensa.

"Podría tratarse de un intento de atentado que nosotros frustramos",  precisó el responsable de la policía judicial de Colonia, Klaus-Stephan Becker,  al mencionar la pista islamista.

Según la policía, el hombre dijo que era parte del grupo yihadista Estado Islámico (EI) durante la toma de rehenes en una farmacia de la estación. En el lugar encontraron un documento de identidad de una persona nacida en Siria en 1963.

El incidente ocurrió a media jornada, cuando un hombre lanzó primero un cóctel molotov en un restaurante de comida rápida situado en una galería comercial de la estación de Colonia, una de las más frecuentadas del país con 280.000 pasajeros que transitan en promedio a diario por esta región, de las  más pobladas de Alemania.

En el lugar una persona resultó herida por el humo del artefacto explosivo y otra, una adolescente de 14 años, sufrió quemaduras y tuvo que ser hospitalizada.

Luego el asaltante se dirigió a la farmacia de esta estación y se atrincheró tomando como rehén a una mujer.

Llevaba un líquido incendiario y varias bombonas de gas pequeñas atadas entre sí, y dos de estas se las puso a la rehén. El hombre también tenía un arma, aunque la policía aún investiga si era real.

La policía alemana informó que puso fin a la toma de una rehén en la  estación luego de dos horas, durante un asalto en el cual el autor resultó gravemente herido.

Alemania está en alerta a raíz de varios ataques yihadistas perpetrados o frustrados por las autoridades en los últimos años.

El más grave, en diciembre de 2016, fue cometido por un tunecino de 23 años, Anis Amri, quien embistió al comando de un camión un mercado de Navidad  en Berlín provocando 12 muertos.