El presidente de Metro, Louis de Grange, enfrentó ayer a los medios de comunicación para explicar cómo estuvo a punto de ser víctima de un delito terrorista y asegurar que esta situación no se extenderá a la empresa que dirige. El máximo representante de la firma estatal dijo estar bien y no quiso entrar en detalles sobre un caso que, de forma reservada, se arrastra desde hace más de un mes.

Si bien fue el martes en la noche que efectivos del Gope y del OS-9 de Carabineros desactivaron el artefacto explosivo dirigido a la casa del presidente de Metro, fue el 28 de marzo que la Fiscalía Sur inició la investigación.

Según distintas fuentes del caso, en esa fecha De Grange fue víctima de una amenaza terrorista a través de internet, por parte del grupo autodenominado Individualistas Tendientes a lo Salvaje (ITS), más conocidos como "ecoterroristas".

De Grange tomó contacto de inmediato con las autoridades gubernamentales y Carabineros, iniciándose así las primeras pesquisas en la causa. Por ejemplo, a mediados de abril comenzaron las coordinaciones a través de la policía uniformada, para analizar la situación de riesgo del ingeniero.

Además del trabajo de seguridad con la potencial víctima, el Ministerio Público ordenó una serie de diligencias para rastrear el posible atentado y detener al presunto autor de la amenaza.

Los datos de la organización no eran nuevos para los investigadores, pues se trataría del mismo grupo que se adjudicó el atentado al expresidente de Codelco Óscar Landerretche, el 13 de enero de 2017, y la colocación de un elemento explosivo en un paradero del Transantiago en Providencia, en enero de este año.

Entre las pesquisas realizadas por el OS-9 y la fiscalía está la solicitud de antecedentes a las empresas de correspondencia Pullman Cargo y Chilexpress, entre abril y mayo.

No fue hasta el martes en la noche que la amenaza se concretó: un paquete sospechoso dirigido a De Grange fue remitido e identificado por la policía. Según la adjudicación del grupo ITS (ver nota secundaria), se puede observar que este estaría compuesto de cables y tubos metálicos, similar al que estalló en la casa de Landerretche.

Fuentes del caso señalaron que como Carabineros y el propio De Grange ya estaban advertidos por la amenaza, se tomaron las medidas de resguardo necesarias y el artefacto fue desactivado.

El presidente de Metro decidió dar explicaciones sobre lo ocurrido y relató que "Metro permanentemente tiene los más altos protocolos de exigencia en materias de seguridad. Y esto es algo histórico, desde siempre trabaja de manera coordinada con las autoridades, con la PDI, con la policía".

En la instancia, De Grange negó haber sido víctima de una amenaza. La Tercera se contactó el ingeniero para darle cuenta de los nuevos antecedentes, pero no respondió a la consulta.

Consultado sobre si manejaba información sobre un posible envío de este tipo, el ejecutivo respondió que "hay protocolos que nosotros como empresa y que varias empresas públicas manejan, hay casuística, hay trabajo en conjunto que va desde mucho tiempo atrás, con las autoridades, la policía. Por lo tanto, es un trabajo permanente".

En cuanto a la investigación de la Fiscalía Sur, desde que se desactivó el artefacto explosivo, las solicitudes de información por parte de la policía a las empresas de correspondencia se intensificaron. Una muestra de ello fue la realización de un peritaje privado en Chilexpress, sobre el protocolo de seguridad de empresas de encomiendas.

Preocupación

Desde fines del año pasado y comienzos de este año, la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI) ha monitoreado de cerca el fenómeno "ecoterrorista". Es por eso que, según distintas fuentes consultadas, incluso se ha logrado intervenir otros posibles atentados.

El miércoles, en tanto, se reunieron representantes de la policía, la ANI y las empresas de transportes. El ministro del Interior, Andrés Chadwick, dijo que "son hechos muy graves, que nos preocupan enormemente, pero que tienen un cierto patrón en común, como el envío de correo a domicilios particulares, y en eso ha coincidido en el caso de Óscar Landerretche y en el de Louis de Grange, que son presidente de empresas públicas, y por lo tanto, ahí sí que tenemos una acción de prevención con ese tipo de padrón o tipo de perfil".

Perfil: el hombre de Piñera para expandir la red

El gran legado que busca dejar el Presidente Sebastián Piñera en cuanto a infraestructura de transporte para Santiago es la ampliación de la red de Metro. En esa tarea, Louis de Grange, presidente de la empresa, posee un rol crucial en el objetivo de completar una red que llegue a los 300 kilómetros.

En paralelo, este ingeniero civil de la U. Católica, quien fue uno de los autores del programa de transportes y ciudad planteado en la campaña del actual Jefe de Estado, debe dejar listos los estudios de ingeniería y dar comienzo a la construcción de las líneas 7, 8 y 9.

Entre sus deberes, también le corresponde definir el futuro trayecto que tendrá la Línea 10, trazado que hasta el presente año no estaba en los planes del Ejecutivo. El Presidente la anunció en enero pasado, en plena inauguración de la Línea 3, y el gesto de sorpresa que hizo De Grange ante las cámaras llamó la atención de las redes sociales.

El hoy presidente de Metro comenzó su carrera como consultor en empresas como Fernández y de Cea, que llevó adelante estudios relacionados con el Transantiago. Integró el directorio de Metro durante el primer gobierno de Piñera y luego se desempeñó como director de la Escuela de Ingeniería de la U. Diego Portales. Durante ese periodo se transformó en uno de los expertos en transportes más requeridos por los medios de prensa, convirtiéndose en una figura pública.

Durante la administración de Michelle Bachelet, De Grange fue un duro detractor del Transantiago e incluso sugirió que se le debía dar término. En la práctica, el actual gobierno tomó esa propuesta al rebautizar el sistema como "Red Metropolitana de Movilidad".

En paralelo, el ingeniero se posicionó como un férreo defensor de que Metro debía recibir más recursos para su ampliación.

El actual presidente de la estatal es cercano al senador Andrés Allamand (RN), quien lo define como "un destacado profesional de centroderecha, que combina los aspectos académicos con los prácticos al frente de una empresa clave como es Metro. Tiene grandes desafíos".

El timonel del ferrocarril subterráneo fue mencionado varias veces como posible ministro de Transportes del actual gobierno. Ese cargo finalmente lo ocupó Gloria Hutt (Evópoli), con quien también compartió presencia en el grupo de trabajo centrado en esa área durante la pasada campaña presidencial.