Luego del apacible fin de semana en que la mayoría de los capitalinos se quedó en sus casas -para evitar contagiarse con el coronavirus-, el panorama el lunes a primera hora cambió radicalmente: el nuevo horario de apertura del Metro y la alta cantidad de personas que debieron salir a sus trabajos generó aglomeraciones en estaciones como Las Rejas, La Cisterna y Puente Alto, lo que derivó en largas filas y reclamos de los usuarios por temor a posibles contagios.

A la situación del Metro se sumaron muchos paraderos del Transantiago, que lucían atestados de personas esperando locomoción para llegar a sus trabajos.

La apertura de la red fue a las 7 horas, en el marco del toque de queda (lo habitual es a las 6.00). Los buses del Transantiago retrasaron su operación a las 6.30, siendo lo normal a las 5.30.

Ante este escenario, La Moneda convocó durante la mañana a una reunión a los ministros Gonzalo Blumel Interior), Gloria Hutt (Transportes), María José Zaldívar (Trabajo) y al presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC), Juan Sutil.

Tras la cita, Hutt dijo que la situación se produjo debido al ajuste de los horarios, “lo que impidió que las personas pudieran planificar sus viajes con tiempo”. Y anunció que la operación del tren subterráneo comenzará este martes a las 6.30 -treinta minutos antes que el lunes- y el cierre se mantendrá a las 19.30. Los buses, en tanto, saldrán a las 5.30, una hora más temprano.

La ministra Zaldívar señaló que “es importante que los empleadores no pongan en riesgo la seguridad de los trabajadores”, llamando a los empleadores a “diferir los horarios de entrada o pactar otro tipo de jornadas”.

El líder de la CPC respondió al llamado señalando que “vamos a permitir que nuestros trabajadores puedan, con la responsabilidad que ello implica, llegar a sus trabajos en bloques horarios, no en un horario definido. De esta forma se logra evitar eventuales aglomeraciones”.

Para ello, durante la tarde del lunes, Sutil sostuvo teleconferencias con las diversas ramas de la CPC (Agricultura, Minería, Construcción y Bancos, entre otras) para abordar este escenario con las compañías.

La empresa Metro informó que el lunes entre las 6 y 16 horas hubo un 72% menos de flujo de pasajeros en comparación con el lunes 9 de marzo, con 335.939 usuarios.

Paula Rivas, presidenta de la Federación de Sindicatos de Metro, culpó a los empleadores y al gobierno por la caótica situación producida ayer en la mañana. “Están enviando a miles de personas a sus labores cada día y se debería aplicar una cuarentena total”. Añadió que Metro está funcionando con un 25% menos de dotación, la que podría seguir bajando, en orden a que los funcionarios hagan aislamiento si lo requieren. Los funcionarios habían solicitado la semana pasada a la compañía una reducción de la operación, pero ayer la empresa precisó que el tren seguirá deteniéndose en todas las estaciones.

Ariel López, investigador del Núcleo de Movilidades y Territorios, sostuvo que es un “grave error” reducir la frecuencia y los horarios pues aumenta la densidad de pasajeros en los trenes y sube el tiempo de espera en los andenes, lo que lleva a grandes concentraciones.

Carlos Melo, académico de la U. San Sebastián, planteó que lo correcto es que en las horas puntas mañana y tarde, se concentre “la oferta disponible de transporte, porque es el momento en que hay más pasajeros”.