El 2022 fue un año con altos niveles de violencia, no solo desde lo perceptivo, sino que también desde lo empírico.

Así dan cuenta las cifras que maneja la Policía de Investigaciones (PDI), respecto de los casos de homicidios registrados del 2022, año en que 960 personas fueron víctimas de un homicidio, un 32% más que en 2021. El subprefecto Jorge Abate, jefe de la Brigada de Homicidios Sur de la PDI, señala que “aparte de que tenemos una tasa que es diferencial a otros años, con un aumento en cuanto a la violencia y la utilización de armas de fuego, también tenemos la complejidad de investigaciones, que van asociados a otro tipo de delitos o variantes”, declara acerca de este tema.

El detective explica que el alza de casos se atribuyen, principalmente, a la violencia que cada vez más están utilizando las bandas criminales que se dedican el tráfico y micro tráfico de drogas, lo que deriva en enfrentamientos territoriales y ajustes de cuentas.

La medición de la violencia también responde a otro dato que agrega la PDI. El uso de armas de fuego en la comisión de homicidios aumentó en un 46% y es el elemento más utilizado para perpetrar estos ilícitos, pues pistolas, revólveres y escopetas, estuvieron presentes en un 56% de los registrados en 2022.

El Subprefecto Abate explica que el uso de estas herramientas se fundamenta en la facilidad para cometer los homicidios, sin la necesidad de tener contacto directo con la víctima. “Hay un vínculo donde no hay un actor conocido en la relación entre víctima y victimario y también la otra variante tiene que ver con que gran parte de los imputados pertenecen a estas bandas o estructuras criminales de alto riesgo”, agrega.

El factor de las bandas extranjeras

Si bien en once regiones del país aumentaron los homicidios durante el último año, la Macrozona Norte es donde más crecieron estos delitos.

Al desglosar estos números, se evidencia que Atacama fue la región que anotó el mayor incremento de homicidios en el país, pasando de once en 2021, a 23 en 2022.

En tanto, en Arica y Parinacota se pasó de 14 asesinatos a 28, lo que se tradujo en un incremento de un 100%. “Principalmente, tiene relación con la inmigración ilegal que hemos tenido en los últimos años. Hay bastante de ellos que no están identificados porque han ingresado de manera irregular por pasos no habilitados, lo cual se ve ese aumento de las cifras”, explica Abate.

En total, se pasó de 90 personas extranjeras víctimas de homicidios a 109 durante el último año. Además, debido al ingreso ilegal de personas al país se ha generado otro fenómeno: que no se pueda identificar la nacionalidad del asesinado, habiendo 47 fallecidos que no se logró saber de qué país provenían.

Esto también supone un problema para la Policía de Investigaciones y el Ministerio Público, ya que al una persona no estar registrada debidamente, dificulta en mayor medida la búsqueda del imputado. “Si no existe un registro oficial por parte de estas personas, en cuanto a sus huellas y otros antecedentes, no se logra dar con su identidad, lo que claramente nos lleva a pensar en que esa persona ingresó de manera irregular al país”, cuenta el subprefecto de la PDI.