Lejos están los tiempos en que Chile proveía más de un tercio del cobre de mina que se consume en el mundo. En 2017, y por noveno año consecutivo, la industria nacional perdió poder de mercado, pasando del 34% que ostentaba en 2009 al 26,8% con que cerró el año pasado, de acuerdo con las cifras a noviembre -último dato disponible- publicados por la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco).

Al mismo tiempo, la minería peruana ha mejorado significativamente su posición, pasando desde el 8,1% al 12% en el mismo período. Es decir, un aumento de su cuota de mercado de 50%.

Hasta 2013, Perú era el tercer actor de esta industria, tras China y muy lejos de Chile. En 2009, Perú producía 1,275 millón de toneladas de cobre, cifra que aumentó en más de un millón de toneladas en la última década. Por contrapartida, Chile ya suma cinco años consecutivos de bajas.

"Las cifras de participación por país en la producción mundial de cobre muestran una clara tendencia a la disminución en el caso de Chile desde hace algunos años, explicada por una baja tasa de generación de nuevos proyectos y la acelerada caída de ley del mineral, que no alcanza a ser compensada por expansiones de yacimientos. Esto ha estancado la producción del país en torno a 5,5 millones de toneladas", explica Juan Carlos Guajardo, director ejecutivo de la consultora Plusmining.

A su juicio, en el caso de Perú se aprecia actualmente una mayor capacidad de crecimiento neto a través de nuevos proyectos. No obstante, es necesario tener claro que ambas industrias están en etapas distintos de su desarrollo minero.

Complementariedad

"Mientras Chile tuvo su gran desarrollo en los años 90, Perú está ahora experimentando un proceso intensivo de inversión y crecimiento. Pienso que este desfase entre Chile y Perú debería llevar a una mirada de complementariedad más que de competencia", añade Guajardo.

Para el director de Estudios y Políticas Públicas, de Cochilco, Jorge Cantallopts, al hacer estas comparaciones hay que tener claro que la producción de Chile ha estado estancada por la menor producción de yacimientos con muchos años de explotación.

"Los nuevos yacimientos que han entrado en producción en los últimos años han tenido una serie de problemas técnicos que les han impedido alcanzar su producción de diseño. El 2017 se anticipaba que la situación cambiaría, pero la extensa paralización de Escondida llevó a que nuevamente cayera nuestra producción, pero el 2018 debiera ocurrir un aumento que estimamos en 4,3% y de 3% el 2019", advierte Cantallops.

El representante de Cochilco adhiere a la idea de avanzar en complementariedad. "El avance de Perú es una oportunidad para todo el ecosistema minero chileno. Para nuestro país las mejores noticias son un aumento de los proyectos en Chile y luego en los países vecinos", plantea.