Parece el relato de una pesadilla. Un día cualquiera, Solomon Northup, un hombre libre, padre ejemplar y músico talentoso, se despierta encadenado como un animal. Es vendido, trasladado a una plantación de algodón, esclavizado y torturado por sus dueños durante más de una década. Y aunque todo se asemeja a un mal sueño del que uno espera que el protagonista despierte, 12 años de esclavitud no trata sobre los desvaríos oníricos de un esclavo negro en los Estados Unidos de 1850, sino sobre una historia verídica tan horrible, que cuesta creer que haya ocurrido en la vida real.

Después de Shame (2011), su aclamado filme sobre un adicto al sexo, el cineasta británico Steve McQueen buscó historias sobre el rapto y tráfico ilegal de afroamericanos durante el siglo XIX. Así llegó a las memorias de Northup, un texto que lo impactó y del que muy poca gente había oído hablar. "Este libro es tan esencial para la historia estadounidense como lo es el Diario de Ana Frank para la historia europea", afirmó el director, cuyo filme se alzó anoche con el Globo de Oro al Mejor Drama. Esperó hasta el final, cuando ya se habían entregado todos los galardones, y se llevó el más anhelado.

McQueen, quien también es un reconocido artista visual (premio Turner 1999), traza un relato sobre la tragedia de Solomon Northup, interpretado de manera sobrecogedora por el actor inglés Chiwetel Ejiofor, quien debe sortear una larga sucesión de penurias y vejaciones luego de ser drogado y vendido. Más que una lucha por la supervivencia, la historia es una batalla por salvar la dignidad, pisoteada por gente como Edwin Epps, un sangriento amo de esclavos encarnado por Michael Fassbender, que se desvive maltratando a sus trabajadores.

Anoche, McQueen agradeció a Brad Pitt. "Sin él, esta película jamás se habría hecho", dijo. Productor de la cinta, Brad Pitt interpreta a uno de los pocos personajes con algo de compasión en medio de un infierno de racismo. Las escenas de tortura son eternas: el naturalismo del filme estremece, pero refleja con un poder nunca antes visto la deshumanización radical hacia los esclavos negros, considerada el "pecado original" de la historia de Estados Unidos.

Las actuaciones son viscerales, y el impacto que el filme ha provocado no tiene que ver tanto con su crudeza, sino con la forma en que expone un hecho histórico desolador, razón por la que algunos críticos la han comparado con La lista de Schindler (1993).

El estilo de Steve McQueen, dueño de una de las estéticas más originales del cine actual, se hace evidente en una cinematografía en la que resaltan detalles, composiciones y encuadres capaces de estilizar las imágenes más terribles, al punto de lograr cierta belleza incluso en las escenas de mayor violencia. Ante las críticas que ha recibido por esto, el realizador se defiende haciendo una comparación con Goya: "El pintaba las imágenes más horrorosas de los campos de batalla, pero son las pinturas más hermosas que uno haya visto. Así atrae la atención. Nos está diciendo 'miren: esto somos nosotros'. No tiene sentido pintar un cuadro feo, porque la atención se irá a la forma, no al contenido".

Con 12 años de esclavitud, McQueen volvió al drama histórico, género que había tocado en Hunger (2008), filme sobre la huelga de hambre de prisioneros del IRA en 1981, que acabó con la muerte de Bobby Sands. Con ella ganó la Cámara de Oro del Festival de Cannes.

Las nominaciones a los premios Oscar se conocerán el jueves. El premio recibido anoche apuntala a 12 años. Su gran rival parece ser Escándalo americano, que se llevó tres (ver recuadro). Por lo pronto, la cinta de McQueen acumula 95 galardones en su paso por festivales de cine.

ESCÁNDALO AMERICANO, LA RIVAL
Cada una tenía siete nominaciones, 12 años de esclavitud y Escándalo americano. Sin embargo, a la hora de los recuentos, el filme sobre dos estafadores que se unen al FBI se impuso en cantidad de premios. No fue por mucho. Sólo tres estatuillas: por Mejor Película de Comedia, Mejor Actriz de Reparto para Jennifer Lawrence y Mejor Actriz para Amy Adams.

Atrás quedó Gravedad, que ganó en la categoría de Mejor Director para Alfonso Cuarón, quien volvió a las pistas tras nueve años, mientras que El lobo de Wall Street de Scorsese brilló a través del premio a su protagonista, Leonardo DiCaprio. Gran perdedora de la velada fue la cinta Capitán Phillips, que no se llevó ninguno de los cuatro galardones que disputaba.

El más probable era el de Mejor Actor en Drama para Tom Hanks, pero fue desplazado por Matthew McConaughey, quien encarna a un enfermo de sida en Dallas Buyers Club. El mismo filme se llevó el premio a Mejor Actor de Reparto para Jared Leto. El Globo de Oro a Mejor Actriz en Drama fue para la favorita: Cate Blanchett, por Blue Jasmine, de Woody Allen. En televisión, Breaking bad brilló como Mejor Serie de Drama y su protagonista, Bryan Cranston, se llevó la estatuilla a Mejor Actor. La sorpresa fue la debutante Brooklyn Nine-Nine como Mejor Comedia de TV.