La galaxia WLM (Wolff-Lundmark-Melotte, por sus descubridores), es pequeña y está ubicada a 3 millones de años luz de la Tierra. Las galaxias de su tipo son muy poco densas y no tienen todos los elementos pesados que suelen contribuir a la formación estelar. Sin embargo, a través de observaciones realizadas con el radiotelescopio Alma, un equipo de astrónomos descubrió cómo y dónde son capaces de formar nuevas estrellas.

La astrónoma Mónica Rubio, investigadora de la U. de Chile, lideró el grupo que encontró las regiones que funcionan como incubadoras de estrellas, detectando el monóxido de carbono (CO) que contienen, a través de las débiles señales que emite. Se utilizaron 16 de las 66 antenas que hoy tiene Alma para lograrlo.

"A diferencia de las estrellas que ya nacieron, las regiones donde ocurre el proceso donde las estrellas nacen, no emiten luz, son oscuras y no las podemos estudiar en base a telescopios ópticos", explicó Rubio, en una conferencia en la Fundación Imagen de Chile. El CO en la región, emite una señal de ondas de radio captables por un radiotelescopio, en este caso, el más poderoso del mundo.

El descubrimiento permite comprender cómo se forman grupos de estrellas en las pequeñas galaxias irregulares como las que existieron en los inicios del Universo. De ahí su importancia, por ello, el artículo que lo describe fue publicado en la revista científica Nature.

Aun con pocos elementos, en la pequeña galaxia se logran las condiciones de densidad, tamaño y presión para el proceso de formación de estrellas, a menor escala de lo que sucede en galaxias grandes como la Vía Láctea.

"En el origen del Universo habían muchas galaxias pequeñas", dijo Rubio. "Comprender el proceso de formación de estrellas en esta otra galaxia, que contiene tan poco carbón y oxígeno como lo hacían las pequeñas galaxias que partieron en el Universo, tiene la importancia fundamental, mas allá de la propia galaxia", agregó. Significa que en los primeros inicios del Universo, se tienen que haber formado estrellas (y planetas en torno a estrellas) de esta forma.

El siguiente paso es determinar las propiedades de estas incubadoras, buscar si existen más de ellas en esa galaxia y detectar la señal de molécula de monóxido de carbono en alguna galaxia donde la cantidad de ingredientes sea aún menor. "En WLM la abundancia de carbón y oxígeno es sólo un 13% de lo que hay en nuestra galaxia", dice la astrónoma.